Las ballenas jorobadas o yubartas (Megaptera novaeangliae) son mamíferos marinos conocidos por su gran tamaño y por emitir cantos largos y complejos, sin embargo, son animales que no dejan de sorprender a los científicos, pues un estudio publicado el 20 agosto en la revista Royal Society Open Science reveló que son capaces de crear y manipular “redes de burbujas” para cazar su alimento.
Un equipo de investigadores del Marine Mammal Research Program (MMRP) del UH Hawái Institute of Marine Biology (HIMB) y de la Alaska Whale Foundation (AWF) tenía conocimiento de que las ballenas creaban estas redes, pero descubrieron que también son capaces de manipularlas para maximizar su ingesta de alimentos en las zonas de Alaska, según reportaron en un comunicado de prensa.
Lars Bejder, director del MMRP y coautor principal del estudio, explicó que “muchos animales” usan herramientas para encontrar comida, sin embargo, existen “muy pocos” que crean o modifican los instrumentos “por sí mismos”.
Las ballenas crean y utilizan herramientas
Bejder detalló que descubrieron que las ballenas jorobadas del sudeste de Alaska fabricaron “complejas redes de burbujas” con el objetivo de capturar su alimento principal: el krill, una especie de crustáceo diminuto muy similar a los camarones.
“Estas ballenas soplan hábilmente burbujas en patrones que forman redes con anillos internos, controlando activamente detalles como el número de anillos”, explicó el investigador.
Dicha herramienta y método de caza, según Bedjer, les permite capturar “hasta siete veces más” presas en una sola inmersión. Esto representa un gran ahorro de energía y las coloca dentro del selecto grupo de especies que “fabrican y utilizan sus propios instrumentos para cazar”.
Su éxito al cazar y ahorrar energía representan una clave para su supervivencia, pues esta especie pasa el invierno en Hawái y su “presupuesto energético” está completamente ligado a su habilidad y capacidad para obtener alimento suficiente durante el otoño y verano en las aguas de Alaska.
Para llegar a los descubrimientos, el equipo de investigadores recurrió a etiquetas de ventosa no invasivas y al uso de drones, los cuales sobrevolaron a las “ballenas jorobadas solitarias que capturaban con redes de burbujas en el sureste de Alaska” al mismo tiempo que se recopilaron datos pertinentes sobre “sus movimientos submarinos”, de acuerdo con el científico William Gough.
“Las ballenas son un grupo difícil de estudiar, se requiere habilidad y precisión para etiquetarlas y usar drones con éxito”, añadió Gough.
El investigador y coautor del estudio indicó que tal comportamiento de alimentación y “poco estudiado” es “totalmente exclusivo” de las ballenas jorobadas.
“Es increíble ver a estos animales en su hábitat natural, realizando comportamientos que sólo unas pocas personas llegan a ver”, admitió el científico del MMRP.
Describió como “gratificante” la experiencia de “volver al laboratorio” a “sumergirse en los datos” y aprender sobre lo que las ballenas son capaces de hacer debajo del agua tan pronto como “desaparecen de la vista”.
Fascinantes comportamientos alimentarios
Los investigadores esperan que pronto se realicen más descubrimientos sobre la conducta de los cetáceos.
“Este es un conjunto de datos muy completo que nos permitirá aprender aún más sobre la física y la energía de la pesca en solitario con redes de burbujas”, afirmó el autor principal del estudio.
Pero este no es el único comportamiento alimentario observado por los científicos, quienes aseguraron que también llevan a cabo “pesca cooperativa con redes de burbujas, alimentación en la superficie y en la profundidad”.
Andy Szabo, director ejecutivo de AWF y codirector de la investigación, dijo que era “emocionante” que las ballenas jorobadas desarrollaran “herramientas complejas que les permiten aprovechar las concentraciones de presas que de otro modo no estarían disponibles para ellas”.