Antonio, el gato de 18 años secuestrado, y los esfuerzos de su comunidad para traerlo a casa

Fue gracias a un video de vigilancia que los vecinos supieron que un hombre levantó y se llevó a Antonio mientras descansaba a las afueras de su edificio favorito

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Un hombre fue captado en cámara tratando de atraer al gato, quien intentó escapar sin éxito. (Instagram/helpusfindantonio)

El secuestro de Antonio “the bodega cat” (el gato de la bodega), un felino atigrado de 18 años de edad, tiene preocupada a toda una comunidad de Queens, Nueva York, en Estados Unidos, pues desde siempre fue muy querido por todos, llegándose a convertir en un ícono de la zona.

Fue gracias a un video compartido a través de la página de Instagram “Help us find Antonio” (ayúdanos a encontrar a Antonio), que se dio a conocer la historia y el momento exacto en el que fue secuestrado.

Los encargados de la cuenta escribieron en la publicación que el delincuente primero intentó atraer al gato para poder atraparlo, pero éste corrió de inmediato a una tienda de comestibles cercana, misma en la que era visto todo el tiempo, sin embargo, el hombre lo siguió y logró su cometido. “Ver estos videos es realmente desgarrador y doloroso. Por favor, ayúdenos”, se lee en el post.

Cómo un gato unió a toda una comunidad

El gato fue secuestrado el
El gato fue secuestrado el 2 de agosto alrededor de las 20:30 horas. (Instagram/helpusfindantonio)

Antonio siempre descansaba a las afueras de K’Glen Deli y Sari Sari Store, donde fue secuestrado, por lo que se volvió en parte de la comunidad y un personaje conocido por todos.

Glen Alagasi, propietario de la tienda desde 2014, declaró en entrevista para el New York Post que la gente “siempre se detiene” a buscar al gato y que desde su secuestro no paran de cuestionarse sobre dónde está ahora.

Alagasi incluso declaró sentirse triste sin la presencia de Antonio en los alrededores de su tienda y recordó el momento preciso en el que se dieron cuenta de su ausencia.

La comunidad está preocupada por
La comunidad está preocupada por el bienestar del felino.

“Cuando estábamos cerrando (aquella noche del 2 de agosto), dije: ‘¿Dónde está Antonio?’. Así que lo busqué esa noche. Estaba silbando”, dijo el propietario del local, quien pensó que quizá estaría escondido detrás de alguna de las casas de la zona, sin embargo, cuando el felino no salió, se alarmó.

Inmediatamente fue a ver las imágenes captadas por sus cámaras de video vigilancia y fue cuando se encontró con las tristes imágenes y la realidad de que el amado gato de la comunidad fue secuestrado a un par de metros de la entrada de su negocio.

“Creo que lo robó, porque si piensa que es un gato callejero, nuestra puerta estaba abierta por la noche. Tenía mala intención”, detalló Alagasi, quien le dijo al periódico que había escuchado rumores acerca de la “misteriosa desaparición” de otros gatos de la zona.

Dos días después, la esposa de Alagasi levantó una denuncia con la policía de Nueva York y le aseguró al medio que ningún cargo sería levantado si voluntariamente devuelven a Antonio, quien vive en la región desde antes que su tienda fuera inaugurada, de acuerdo con el dueño del negocio.

Tristes por el secuestro de Antonio

A menudo era visto descansando
A menudo era visto descansando a las afueras de un negocio en Queens.

La principal preocupación de Alagasi y de la comunidad es que Antonio no es un gato peligroso, pues a él siempre le encanta pasar el rato a las afueras del negocio e incluso fue descrito como “un adolescente”.

“Viene aquí, come y duerme. Luego se va a tres casas de distancia y se queda allí durante largas horas. Es como un adolescente que fuma allí y vuelve a la hora de comer. Lo acaricio, incluso juego con él con la escoba. Dios mío. Es mi compañero aquí. Ahora estoy siempre solo”, explicó el propietario de K’Glen Deli y Sari Sari Store.

La comunidad se unió a la causa de Alagasi y pegaron carteles y afiches con el objetivo de traer a Antonio de regreso a casa. Doc Roberts, cliente habitual de 63 años que trabaja por la zona, lamentó lo sucedido durante una entrevista con el New York Post.

“Es una locura. Un cobarde hace eso. Nadie lo hace. El gato ha estado aquí mucho tiempo. Eso es una acción de cobardes. Cada vez que vengo aquí, el gato se frota contra mi pierna”, añadió el sexagenario.

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