El caballo “bañado” en oro: cómo el akhal teke superó desafíos y conservó su gloria

Un caballo de esta raza se convirtió en medallista olímpico en 1960, 1964 y 1968

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La raza Akhal Teke se caracteriza por tener un pelaje brillante que le da una apariencia platinada. (Wikimedia)
La raza Akhal Teke se caracteriza por tener un pelaje brillante que le da una apariencia platinada. (Wikimedia)

En las estepas de Asia Central, en lo que hoy se conoce como Turkmenistán, hace miles de años nació una raza equina que recibió el nombre de akhal teke, cuya característica principal es su pelaje brillante. Varía en colores que van del negro y castaño, hasta las tonalidades crema y perlinas.

Recibían el nombre de caballo turcomano o turco por las tribus turcas de la Edad Media, aunque también se les conocía como caballo niseo, una raza muy codiciada por los persas, de acuerdo con información de The Akhal Teke Association of America (ATAA), organización que busca preservar esta variante mediante la cría y promoción responsables.

Especialistas de la ATAA sugieren que Bucéfalo, la montura de Alejandro de Macedonia y una de las más famosas de la antigüedad, era un predecesor del akhal teke moderno.

La historia de los caballos “bañados” en oro

Su pelaje va desde el color negro, moreno, castaño, hasta el crema y perlina.
Su pelaje va desde el color negro, moreno, castaño, hasta el crema y perlina.

La raza tuvo su nombre oficial en 1881 después de que Rusia se apoderara de Turkmenistán. Fueron ellos quienes salvaron a la raza de la extinción gracias a un proceso de crianza responsable y cuidadosa.

Con la llegada de la revolución industrial a Rusia, los caballos dejaron de ser tan valiosos como antes, aunque muchos se solían utilizar dentro de la milicia montada. El akhal teke era la principal raza de la caballería turcomana.

Si bien muchos de ellos murieron durante la Primera Guerra Mundial, con la llegada del bolchevismo y el fin de la propiedad privada, los sobrevivientes fueron enviados a granjas estatales.

Años más tarde, según indican especialistas de la ATAA, se decretó que los caballos de granjas de cría debían ser sacrificados para servir como alimento. Fue entonces que los criadores decidieron liberarlos en el desierto, evitando una posible extinción de la raza.

Su llegada a Estados Unidos se le atribuye a Phil y Margot Case, de Shenendoah Farms, Virginia. Fueron los primeros estadounidenses en importar esta raza al país en 1979 tras comprar un semental “de línea” Peren de nombre Sentir y una yegua árabe llamada Oliva, ambos comprados durante una subasta en Moscú.

Oliva provenía de un linaje condecorado, era descendiente de Absent, un semental akhal teke que, tal y como informa la ATAA, ganó la medalla de oro en Prix de Dressage durante los Juegos Olímpicos de Roma 1960, la de bronce en Tokio 1964, y el oro por equipos en México 1968 como parte de la escuadra soviética.

Una raza como ninguna otra

Es una raza originaria de Turkmenistán.
Es una raza originaria de Turkmenistán.

Son conocidos por su estructura esbelta y altura que alcanza el metro con 60 centímetros, aproximadamente. Tiene una cabeza ligera dotada de ojos grandes y expresivos, mientras que sus orejas son largas y finas.

Otra de sus características representativas, además de su pelaje platinado, es su inigualable resistencia. Como muestra de esto, expertos de la ATAA recuerdan un episodio ocurrido en 1935, cuando 15 caballos akhal teke completaron un viaje de 3.000 kilómetros desde Ashkhabad, capital de Turkmenistán, hasta Moscú en 85 días.

Durante su trayecto tuvieron que cruzar poco menos de 500 kilómetros en el desierto de Karakum y otro tipo de terrenos complicados. Tras su llegada a la capital rusa, los akhal teke mostraron estar en condiciones mejores que aquellos que eran cruzas con variantes anglosajonas, lo que sumó un argumento a la teoría de que los raza pura eran superiores en cuanto a resistencia y aguante.

Arab, de pelaje gris, fue uno de los caballos que completó el viaje de 3.000 kilómetros y que se convirtió en la montura de Stalin; ganó un récord mundial a sus 16 años y se convirtió en un semental que engendró a Absent.

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