Los esfuerzos de una reserva en Kenia para reducir el exceso de turistas que supone un problema para la vida silvestre

Las medidas se tomaron en pro del bienestar de los animales que habitan y transitan por la reserva natural Masái Mara

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El exceso de turistas suponía un problema para la vida silvestre. (EFE/ Mercedes Ortuño Lizará)
El exceso de turistas suponía un problema para la vida silvestre. (EFE/ Mercedes Ortuño Lizará)

Ubicada al sudoeste de Kenia, en el condado de Narok, se encuentra Masái Mara, una reserva natural nacional famosa por la fauna que allí habita. Es esta misma diversidad animal la que atrae a cientos de turistas.

Reportes de la agencia de noticias EFE informan que en esta época del año miles de ñus se encuentran dentro de la reserva luego de atravesar el Serengueti, Tanzania, como parte de un viaje anual considerado como una de las migraciones más grandes del planeta.

El espectáculo natural atrae la atención de miles de turistas, quienes entre los meses de julio y septiembre se dan cita al sur de Kenia.

Medidas para evitar el exceso de turismo

Autoridades optaron por aumentar el precio del boleto de entrada para los extranjeros.
Autoridades optaron por aumentar el precio del boleto de entrada para los extranjeros.

Jackson Looseyia, guía de safaris, investigador y experto en grandes felinos, declaró en entrevista para EFE que el Masái Mara “es su casa, no la nuestra”, refiriéndose a los animales de la reserva y celebró las medidas que tomaron las autoridades del condado de Narok contra lo que denominó “turismo de baja calidad”.

Según reportes de EFE, poco más de 920 personas llegaban al Masái Mara diariamente antes de que los funcionarios estatales aumentaran el costo de entrada para extranjeros de 70 a 100 dólares entre los primeros seis meses del año y hasta 200 USD por día entre julio y diciembre.

La entrada para los locales es muchísimo más barata, pues va desde los 1.500 hasta los 3.000 chelines, es decir, entre 11 y 22 USD.

Dominic Maatany, conductor y guía en el campamento Enkewa, celebró que estas medidas estén dando sus frutos pues, antes solía ver hasta “100 vehículos en línea durante un avistamiento” y ahora se ven “como mucho 10 o 15″.

Maatany se refirió a esta medida como un “gran logro para la naturaleza” que consiguió “reducir mucho el ruido, la contaminación y la masificación”.

Looseyia aseguró que se deben acabar las carreteras para safaris y que estas deben convertirse en “redes de caminos para ir lento”, en las que se pueda disfrutar de la fauna como pájaros y otros animales.

Maatany, por otro lado, aprovechó el espacio para señalar la importancia de que existan guías profesionales que conozcan el reglamento y respeten “la ética de guiar”, pues, según comentó, la gente no se dedica a este tipo de actividades por vocación, sino “porque es el trabajo disponible”.

“Se encuentran muy pocas personas entrenadas y que pertenezcan a la Asociación Profesional de Guías de Safaris de Kenia”, aseguró.

Los efectos en los guepardos

Guías locales aplaudieron las medidas en pro del bienestar animal.
Guías locales aplaudieron las medidas en pro del bienestar animal.

La masificación y otros efectos del turismo y los safaris en el Masái Mara ya suponen un problema para los animales de la reserva, especialmente los guepardos quienes, de acuerdo con Maatany, son animales “estrictamente diurnos” que no pueden cazar cuando “la gente se agolpa”.

“Tampoco pueden ver a un depredador como un león si están rodeados de coches”, explicó el guía sobre los efectos del turismo en la vida silvestre de la reserva.

De igual manera, es difícil ver a animales como Nashipai, considerada la gueparda más famosa del Mara Masái, y a sus cachorros, pero esto se debe a una estrategia adoptada por los cuidadores de la zona.

“Los guardaparques están las doce horas al día que hay turismo con ella para protegerla de las masas”, aseguró Maatany.

Con información de EFE

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