El auge de las familias multiespecie en la CDMX, ¿cómo influyen las mascotas en la búsqueda de casa?

Con la creciente popularidad de los animales de compañía, los dueños se replantean sus necesidades a la hora de encontrar un nuevo lugar dónde vivir

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Las mascotas aumentan su popularidad
Las mascotas aumentan su popularidad entre los habitantes de la Ciudad de México. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las familias multiespecie cada vez son más populares en la Ciudad de México. Desde mediados de 2023 son una figura jurídica reconocida por el Tribunal Federal de la Ciudad de México.

De acuerdo con académicos de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las mascotas juegan un papel esencial dentro de las familias, no sólo por “su presencia en el terreno afectivo o simbólico”, pues también cumplen una “función económica”.

Para comprender el impacto que tienen los animales de compañía en la vida de los habitantes de la capital mexicana, la empresa Inmuebles 24 realizó una encuesta entre sus usuarios en la que averiguaron su influencia a la hora de buscar un hogar.

El papel de las mascotas a la hora de buscar vivienda

Algunas personas aseguraron que encontrar
Algunas personas aseguraron que encontrar vivienda que acepte mascotas es una tarea difícil.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó en 2021 a través de la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (ENBIARE) que en el país existen 80 millones de mascotas, de las cuales 43.8 millones son caninos, 16.2 felinos, mientras que los 20 millones restantes pertenecen a una “variedad miscelánea” de animales de compañía pequeños.

En los resultados de la encuesta realizada por la empresa, compartidos mediante un comunicado, los encuestadores encontraron que el 86% de los consultados conviven con mascotas, de ellos, el 42 por ciento aseguró vivir en un departamento, el 55% en una casa, mientras que el 3% restante afirmó que su vivienda es un penthouse.

Las personas restantes que dijeron no tener mascotas aseguraron que no las incluyen dentro de sus planes familiares por considerar que no tienen tiempo suficiente para su cuidado, el espacio adecuado o por ser alérgicos a ellas; aunque un 39% dijo simplemente no estar interesado en acoger animales de compañía.

El 79% que aseguraron ser dueños de mascotas dijeron que estaban de acuerdo con que existieran restricciones para la tenencia de animales de compañía en el hogar, así como reglas pertinentes.

¿Las mascotas son un problema para la vivienda?

Unas cuantas personas aseguraron estar
Unas cuantas personas aseguraron estar dispuestas a pagar una cantidad extra para que los arrendatarios acepten a sus mascotas.

Un 72% de este segmento dijo que el tener mascotas no representó ningún problema para su vivienda, aunque el 17 por ciento declaró lo contrario, pues en sus contratos de alquiler existían restricciones relacionadas con los animales de compañía.

El 12% restante aseguró que en sus edificios no se permite el acceso a mascotas.

Entre las personas que respondieron ser dueñas de mascotas, un 39% aseguró tener sólo una, el 26% dijo tener dos y únicamente un 17% detalló tener tres. De estas cifras, la gran mayoría (84 por ciento) son perros, 30% gatos, 3% peces y otras especies como hámsters, cuyos, u otros, representan un 6%.

El problema de encontrar vivienda que acepte a mascotas es cada vez mayor, pues el 78 por ciento de dueños admitió que encontrar propiedades que acepten el ingreso a los animales de compañía es una tarea difícil, el 48% incluso aseguró que estarían dispuestos a desembolsar una cantidad mayor de dinero a los arrendatarios para que acepten a sus animales de compañía y un 52% dijo que no recurrirían a esta opción.

A los encuestados se les hizo la pregunta hipotética de que, en caso de que tuvieran propiedades en renta, ¿cuáles serían las razones por las que no aceptarían que sus inquilinos tuvieran mascotas?. El 72% dijo que no aceptarían porque “arruinan el inmueble”, otro 28 por ciento señaló que “son sucios” y 32% explicó que no permitirían el acceso a animales de compañía por “los ruidos molestos”.

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