El origen de “michis”: la curiosa razón detrás del cariñoso nombre para los gatos en México

Los gatos llegaron a formar parte importante de la cultura mexicana, siendo inspiración para artistas como Remedios Varo yo Leonora Carrington

Guardar
Diversas lenguas del territorio mexicano
Diversas lenguas del territorio mexicano tienen su propia palabra para referirse a los gatos. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Ya sean persas, azules rusos, siameses, angoras turcos, siberianos o el clásico europeo de pelo corto, los gatos se convirtieron en una de las mascotas más populares en el mundo.

Específicamente en México, según datos de la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (ENBIARE) publicados en 2021 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 69.8% de los hogares cuenta con alguna mascota, sumando así 80 millones de animales de compañía, de las cuales 16.2 son gatos.

El creciente amor de la población mexicana hacia los gatos ha hecho que existan diferentes formas para referirnos a ellos, siendo “michi” una de las más populares.

¿De dónde proviene la palabra “michi”?

Un gato blanco y negro
Un gato blanco y negro que muestra características únicas de una nueva especie recientemente descubierta - (Imagen Ilustrativa Infobae)

La palabra “michi” no es exclusiva del español. Tan sólo en México, distintas lenguas como el otomí o el náhuatl tienen una variación similar, según información de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Especialistas de la máxima casa de estudios compartieron en redes sociales una infografía titulada “Formas de decir gato en México”, en la que abordaron las diferentes maneras en las que se refieren a este animal los habitantes del territorio nacional en sus lenguas nativas:

  • Maya: “Miis”
  • Chontal: “Mish”
  • Mixteco: “Chitú”
  • Náhuatl: “Miztli”
  • Purépecha: “Misitu”
  • Otomí: “Mixi”
  • Totonaco: “Misitón”
  • Tzetzal: “Katu”

De acuerdo con el diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), “michi” es el “nombre cariñoso usado para llamar a los gatos domésticos”, pero, ¿de dónde viene esta palabra?.

Expertos de Skoon, marca de arena para gatos, informa que su origen data de 1532, año en el que el imperio Inca fue invadido por los españoles, quienes iban acompañados de estos felinos y que para llamar su atención hacían sonidos similares a “mishi”, por lo que los incas creyeron que era el nombre de la especie.

En México se posicionó como una parte importante de la cultura a lo largo de los años. Según expuso Luis Fernando de Juan Guzmán, médico veterinario por la UNAM, en un artículo de la revista Imagen Veterinaria de la FMVZ, habló de la llegada de esta especie al continente americano.

Los gatos llegaron a América a principios del siglo XVI y eran venerados en el México posterior a la conquista. Se les vinculaba a los dioses del inframundo, los cielos, lo oculto y desconocido, así como a los bosques, selvas, cuevas, aguas, terremotos y adivinación.

Los gatos dentro de la cultura mexicana

Múltiples artistas mexicanos y radicados
Múltiples artistas mexicanos y radicados en territorio nacional se inspiraron en estos felinos para realizar sus obras. (Facebook/Remedios Varo)

Algunos de los ejemplos más claros del culto de los antiguos mexicanos al gato doméstico puede verse en las “Casas de los gatos” de la ciudad de Querétaro y de Coyoacán, en la Ciudad de México.

También fueron mencionados en la literatura novohispana por el célebre fray Juan de Torquemada en su tomo “Monarquía Indiana” en el que, según Guzmán, contó la historia de cómo fray Francisco de Tembleque comió durante muchos años las presas que cazaba un gato de proporciones gigantescas y que durante mucho tiempo fue su fiel compañero.

En cuanto al arte respecta, pintores mexicanos y extranjeros radicados en el país incluyeron gatos en sus obras pictóricas. Entre estos virtuosos se encuentran José Agustín Arrieta, Miguel Cabrera, Frida Kahlo, Diego Rivera, Francisco Toledo, Leonora Carrington y Remedios Varo.

Esta última solía incluir gatos dentro de sus pinturas e incluso cuenta con una obra pictórica nombrada “El gato helecho” que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) fue inspirado por su amiga, la fotógrafa Eva Sulzer.

“Soñé que paseaban por el jardín unos gatos que se habían convertido en helechos, pero no estaban pegados al gato con su misma forma, sino que era como si salieran de ellos”, dijo Sulzer.

Guardar