Las ardillas de nuca blanca (Simosciurus nebouxii) son una especie que habita en los Andes del sur de Ecuador y del norte de Perú. Normalmente su pelaje es de colores grises, amarillos y rojizos, sin embargo, un equipo de investigadores recientemente detectó los primeros casos de melanismo en estos animales, de acuerdo con reportes de la agencia de noticias EFE.
Según un comunicado del Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio) de Ecuador citado por EFE, los científicos hallaron 18 ejemplares de pelaje negro en la provincia andina de Loja, en la frontera ecuatoriana con Perú.
El estudio fue realizado por el instituto en conjunto con integrantes de la Fundación Naturaleza y Cultura (FNC). De los 18 ejemplares, seis se encontraron en la Reserva Natural La Ceiba, mientras que otros cinco en su zona de amortiguamiento perteneciente a las localidades de Limones, Garza Real y Paletillas.
Los primeros reportes de melanismo en la especie
Otros dos especímenes, según la agencia de noticias, se hallaron en el Área Protegida Privada Cazaderos, ubicada en la localidad de Cazaderos. Dos más dentro del Área Ecológica de Conservación Municipal Los Guayacanes y finalmente una pareja y otro ejemplar solitario en Mangahurco.
Las características que más destacan de esta especie de roedor es la porción de pelaje entre blanco y grisáceo en la parte posterior de la nuca, sus patas suelen ser de color oscuro, mientras que el vientre es de tonalidades amarillentas.
Su dorso va del amarillo grisáceo a marrón rojizo, su cola es oscura con la base amarillenta, pero las 18 ardillas avistadas recientemente presentaron una coloración completamente oscura, exceptuando la nuca y partes de la cola, cuyo pelaje se mezclaba con tonos blanquecinos.
El equipo de investigación destacó que el melanismo es una condición provocada por una gran producción de melanina, pigmento de color negro contenido dentro del citoplasma de algunas células que tiende a oscurecer el pigmento superficial de un organismo.
Esta coloración cuenta con diferentes funciones, siendo principal la regulación de la temperatura, la percepción sensorial y otras más. Tal y como reporta la agencia de noticias, el hábitat desempeña un papel importante en la existencia de estos individuos con un patrón de pelaje y coloración inusuales.
A su vez, puede detenerse por la existencia de alelos recesivos que tiende a ser mayor en poblaciones pequeñas aisladas. Especialistas de la Inabio, según EFE, plantearon como hipótesis los beneficios adaptativos a determinados ambientes del melanismo, fenómeno presente en múltiples especies de mamíferos.
Tan sólo en Ecuador existen seis especies de mamíferos registradas, entre las que se destaca el akodon latebricola (Neomicroxus latebricola), el Echimys saturnus, el jaguar (Panthera onca), osos hormigueros (Tamandua tetradactyla), leopardo tigre (Leopardus tigrinus) y la reciente reportada ardilla de nuca blanca (S. nebouxii).
Estos individuos, según miembros del Inabio podían diferenciarse entre sí debido a que el patrón de su pelaje y distribución de sus manchas eran distintos.
Una especie que se apodera de Lima
Las poblaciones peruanas de esta especie de ardilla se encuentran bajo el ojo público por contar con un incremento vertiginoso.
De acuerdo con el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), estos roedores tienen la capacidad de adaptarse a distintos ecosistemas y de reproducirse exitosamente, siendo esta una de las razones por las que se sabe que existe una población importante en la capital peruana.
Miembros de la Universidad Agraria la Molina señalan que son una especie nativa de la costa norte de Perú que fue introducida en Lima durante las últimas décadas y su éxito en el ambiente urbano es el ejemplo claro de la “alta plasticidad” característica de las ardillas arborícolas.