Impuestos por flatulencias de vacas y cerdos, la iniciativa de Dinamarca para cuidar el ambiente

Con esta iniciativa, Dinamarca se convertirá en el primer país del mundo “en introducir un impuesto real al CO2 en la agricultura”

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Esta iniciativa busca reducir las
Esta iniciativa busca reducir las emisiones en un 70 por ciento. (REUTERS/Marcos Brindicci/File Photo)

Con el objetivo de reducir las emisiones, Dinamarca comenzará a cobrar impuestos a ganaderos por los gases de efecto invernadero emitidos por sus vacas, ovejas y cerdos desde 2023. Tal decisión convierte al país nórdico en el primero en proponer una iniciativa así, según reportes de la agencia de noticias Associated Press (AP).

Jeppe Bruus, ministro de impuestos danés, señaló que se busca que para 2030 las emisiones se reduzcan en un 70% con respecto a los niveles registrados en la década de 1990.

El metano es el principal hidrocarburo causante de la formación de ozono a nivel de suelo y un gas de efecto invernadero, según datos del U.N. Environment Program (UNEP). El estiércol del ganado y sus flatulencias representan el 32 por ciento de las emisiones.

El impuesto a los gases vacunos

Ganaderos deberán pagar 300 coronas
Ganaderos deberán pagar 300 coronas por cada tonelada de dióxido de carbono equivalente que emitan sus animales. (Bagger/Ritzau Scanpix/via REUTERS)

Los ganaderos de Dinamarca, según la agencia de noticias, deberán pagar un impuesto de 300 coronas (aproximadamente 42 dólares estadounidenses al cambio actual) por cada tonelada de dióxido de carbono equivalente emitida. El pago aumentará a 750 coronas (108 USD) a partir de 2035 con una deducción del 60 por ciento.

En un estudio de 2021, la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) de Estados Unidos señaló que el metano es “mucho menos abundante” pero “28 veces más potente que el CO2″.

Bruus señaló que darán un paso “hacia la neutralidad climática en 2045″ y que se busca que Dinamarca sea el primer país del mundo “en introducir un impuesto real al CO2 en la agricultura”.

Miembros de la Asociación para la Conservación de la Naturaleza de Dinamarca, la mayor organización medioambiental del país, calificaron este acuerdo como algo “histórico” que “marca una dirección para la naturaleza y la agricultura”.

Maria Reumert, directora de la organización, dijo que para ellos lo más importante “siempre ha sido la transformación a largo plazo de la agricultura”. Pero admitió que el impuesto “está lejos de nuestro punto de partida”, por lo que representa un “compromiso difícil”.

“También está claro que sólo acercándonos unos a otros podremos alcanzar las ambiciones políticas y el acuerdo es extremadamente ambicioso e innovador”, destacó Reumert.

Según la directora, el acuerdo le permitirá a Dinamarca convertirse en “el primer país del mundo con un impuesto al CO2 en los procesos agrícolas”, una herramienta que, a su consideración, podrán ajustar en caso de que la realidad cambie “y la necesidad de actuar se vuelve mayor”.

“Con la revisión de 2032, nos hemos asegurado la oportunidad de reducir la deducción mínima, de modo que todavía haya un incentivo para que el agricultor utilice medidas, pero a un nivel tal que el impuesto también reciba varias deducciones tangibles en el período posterior”, señaló Reumert.

Las emisiones ovinas

Cada vaca es capaz de
Cada vaca es capaz de producir hasta 6 toneladas métricas de dióxido de carbono al año. (REUTERS/Alex Filipe/File Photo)

Según reportes de AP, cada vaca es capaz de producir hasta 6 toneladas métricas de dióxido de carbono al año y, de acuerdo con estadísticas citadas por la agencia de noticias, hasta el 30 de junio de 2022 existían 1.484.377 ovinos en el país escandinavo.

James Lomax, asesor de sistemas alimentarios y agricultura del UNEP, señaló en un artículo de 2021 que repensar los “enfoques sobre el cultivo agrícola y la producción ganadera”, así como aprovechar nuevas tecnologías y adoptar “dietas ricas en plantas y fuentes alternativas de proteína” serán la clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Especialistas del UNEP indican que los ganaderos pueden sumarse a la reducción de la huella de carbono al proporcionar alimentos más nutritivos a sus animales para que sean “más grandes, sanos y productivos” utilizando menos recursos, mientras que científicos investigan comida alternativa para reducir el metano emitido por las vacas y formas más eficientes de deshacerse del estiércol, ya sea transformándolo en abono o como materia prima para la fabricación de biogás.

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