Cómo un perro de terapia cambió la vida de una mujer con epilepsia

Ayuda a reconfortar a su dueña durante episodios convulsivos y a evitar que ocurran accidentes

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Su vínculo no ha hecho más que fortalecerse a lo largo de los años. (Facebook/Team Channing)
Su vínculo no ha hecho más que fortalecerse a lo largo de los años. (Facebook/Team Channing)

Los perros alertadores de convulsiones son capaces de pedir ayuda en entornos controlados, permanecer al lado de sus amos durante un episodio epiléptico y, en ocasiones, reaccionar anticipadamente a un episodio, según especialistas de Canine Assistants, organización encargada de proveer caninos de servicio a personas que lo necesiten.

Bishop es uno de estos canes que, con su invaluable apoyo, cambió la vida de su dueña Channing Seideman, habitante de Ohio, Estados Unidos, quien fue diagnosticada con epilepsia a la edad de 10 años tras sufrir dos convulsiones importantes.

Seideman contó en entrevista con el medio estadounidense Fox News Digital que a esa edad, “como cualquier niño”, tenía grandes sueños para cuando fuera adulta. “Quería ser médico, ir a los Juegos Olímpicos y montar a caballo. Luego me diagnosticaron y la vida dio un giro”, contó.

El apoyo canino que mejoró su vida

Georgie fue el primer perro de asistencia en la vida de Seideman.
Georgie fue el primer perro de asistencia en la vida de Seideman.

Relató que en aquel entonces no estaba muy cómoda con la idea de su diagnóstico, por lo que se mostró reacia de conseguir un asistente canino. “Tener un perro de servicio a mi lado con un chaleco que dijera ‘epilepsia’ me daba un poco de miedo”, aseguró Seideman. Cinco años más tarde sus padres lograron convencerla de recibir un animal de compañía que la ayudara.

Fue así que, tras ingresar a una lista de espera, en noviembre de 2010 le fue seleccionado un perro de servicio. La familia de Seideman viajó a Alpharetta, Georgia, a las instalaciones de Canine Assistants para conocer a Georgie.

“Dos semanas después, Georgie estaba en el vuelo de regreso a casa con nosotros, y un par de días después, estaba en la escuela conmigo”, recordó la mujer.

Jennifer Arnold, fundadora de Canine Assistants, contó en diálogo para el medio digital que la mayoría de jóvenes dudan a la hora de adquirir a un perro de servicio, pues nadie desea destacar y a esa edad lo único que quieren es “encajar” y pareciera que el animal tendría el efecto contrario.

“Algunos perros se despiertan por la noche y vigilan a sus personas mientras duermen. Se ponen nerviosos, sólo quieren estar seguros de que su dueño está bien”, explicó Arnold sobre la forma de trabajar de los asistentes caninos.

De acuerdo con la fundadora de la organización, la compañía de estos perros ayuda a mitigar el estrés que experimentan sus dueños, lo que a su vez se traduce en una “reducción significativa del número de convulsiones que sufren los pacientes”, pues en sus palabras, esta afección es un “desencadenante”.

Cuando Georgie falleció, Seideman pasó nueve meses sin recibir ayuda de ningún compañero canino. Durante ese período se dio cuenta de lo invaluable que era su ayuda.

“Mis padres volvieron a sentir pánico y estaban atentos a la ‘alerta de ruido sordo’. si escuchaban un sonido en el piso de arriba, se preocupaban de que fuera yo quien estaba cayendo”, dijo la mujer.

Bishop entró en acción

Ahora Bishop se convirtió en el fiel compañero de su dueña.
Ahora Bishop se convirtió en el fiel compañero de su dueña.

Fue entonces que Bishop, un golden retriever, entró en acción. Su mascota y perro de servicio no sólo le ayuda durante un episodio convulsivo, también le brinda tranquilidad, según explicó durante la entrevista.

Seideman relató que actualmente tiene convulsiones a diarios, sin embargo, la mayoría son pequeños.

Tengo convulsiones en las que puedo distraerme y soñar despierta. También tengo episodios en los que puedo sentir un tirón en la cara, que puede ser aterrador si estoy cruzando una calle”, dijo la propietaria de Bishop.

Durante estos episodios, Bishop sabe lo que le ocurre a su ama y evita que cruce la calle. “Él tiene este instinto y dejará cualquier cosa que esté haciendo [...] Es como si estuviera diciendo: ‘Algo está pasando. Préstame atención’”, contó Seideman sobre la dinámica con su perro de servicio.

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