En la región volcánica del centro de México habita un animal endémico que ha impresionado a los científicos por sus propiedades regenerativas: el ajolote de los volcanes o axolote de Río Frío. Los científicos lo consideran como uno de los “reyes de la metamorfosis”, pues entre el 90 y 95 por ciento de los ejemplares que aún existen conservan características de larva.
Este “monstruo” acuático habita en las frías laderas de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl y se distingue de su “hermano lejano” el ambystoma mexicanum por sus piel de tono marrón oscura con manchas doradas, sus branquias plumosas y las comisuras de sus labios que parece una “sonrisa eterna”.
Los ajolotes de Río Blanco están en peligro de extinción, pues la población de está especie ha disminuido de forma drástica en los últimos años. Esta situación provocó que un grupo de conservadores sumen esfuerzos para salvarlos de extinción, mientras la especie sobrevive a climas adversos como la sequía en los ríos de la zona y a la pérdida de su hábitat.
Luchar por la sobrevivencia
El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) explicó en su página web que diferentes organizaciones y científicos están trabajando incansablemente para salvar a la especie. Las personas a favor de la conservación de este anfibio han desarrollado programas de reproducción en cautiverio y la reintroducción de estas especies en la naturaleza.
“Se han desarrollado programas de reproducción en cautiverio y reintroducción en la naturaleza, se han implementado medidas para proteger su hábitat y se han realizado campañas de sensibilización para educar a la población sobre la importancia de su conservación”, explicó la organización en una entrada en su sitio.
De acuerdo con información de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, el ajolote de los volcanes es una de las doce especies de estos animales que se encuentran en peligro de extinción.
Las sequías que se registraron en la zona en los últimos días afectaron en gran medida a estos animales, pues no tienen las condiciones mínimas para garantizar con éxito su preservación.
El doctor Felipe Osuna López, integrante del Grupo de Conservación Río Frío, explicó en entrevista para CNN en Español que hace años la población de esta especie era tan abundante que eran tratados como mascotas y en raras ocasiones eran utilizados como alimento, pues algunas personas los cocinaban como complemento de los tamales.
Reubicación de los ajolotes
Las olas de calor que azotan al país provocó que escasez de lluvia y que los ríos de diferentes partes del país se secaran, ante esta situación el grupo de activistas a favor de los animales tomó acciones y rescataron a 14 ejemplares de esta especie.
El cambio climático juega un papel importante en la adversidad a la que se enfrentan los ajolotes de los volcanes y a pesar de que se han registrado algunas lluvias en los últimos meses, no son suficientes para garantizar la preservación de estas criaturas.
Los activistas realizan trabajos de reubicación y en ocasiones tienen que llevar agua que tienen reservada en un caudal a este hábitat para evitar que los pozos en donde se encuentran los ajolotes se sequen.
Ecosur dio a conocer en mayo pasado que gracias a los esfuerzos sumados lograron detectar a cinco ejemplares de los volcanes en una pequeña poza que fueron reubicados. El grupo de conservación tiene como objetivo recaudar dinero para la preservación de estos animales.