La clonación de animales, específicamente mascotas, no es algo relativamente nuevo. Quizás el caso más famoso sea el de un grupo de investigadores del Instituto Roslin de Escocia, quienes lograron clonar a un mamífero por primera vez en la historia. Quien nació de este hito histórico fue la oveja Dolly.
Este acontecimiento marcó el inicio de la ingeniería genética y con ella la práctica de clonación de animales, siendo caballos y camellos los más recurrentes, de acuerdo con información de la agencia de noticias EFE. Uno de estos ejemplares de raza pura pueden ser cotizados por más de un millón de euros.
Si bien los equinos son clonados con el objetivo de perpetuar características genéticas que les proporcionen ventajas tanto competitivas como estéticas, existe también un mercado que no deja atrás a los animales de compañía que, lejos de estar motivado por cuestiones económicas, se basa en lo emocional.
El negocio que juega con las emociones
Empresas como Ovoclone ofrecen este servicio. Tras la contratación, de acuerdo con información disponible en su sitio web, los clientes reciben un kit con el que podrán recoger la muestra de ADN de las mascotas que deseen clonar.
La muestra puede ser extraída en vida o inmediatamente después de su muerte, a partir de esta toma, tal y como reportó EFE, se generan fibroblastos (células que contribuyen a la formación de tejidos conectivos) y que cuentan un núcleo que a su vez contiene la información genética.
Dicho núcleo se extrae y se inyecta en un óvulo de la misma especie. De esta célula se desarrollará un embrión que contendrá el 99.9% del material genético de la mascota que se desea clonar y posteriormente será implantado en una hembra de la misma especie para ser gestado.
El costo de este proceso, de acuerdo con la agencia de noticias, es de 55.000 euros (aproximadamente 58.900 dólares al cambio) en el caso de querer clonar a un perro, mientras que por un gato solicitan 50.000 (unos 53.000 USD).
Enrique Criado, embriólogo, fundador y director ejecutivo de Grupo OVO, organización propietaria de Ovoclone, declaró en entrevista para la agencia de noticias que en España, el 15% de los animales domésticos “están humanizados”; esto implica que la gente los quiera “como hijos”. “Es algo afectivo”, aseguró sobre los motivos detrás de la clonación de mascotas.
El especialista dijo que él deja un clon en las manos de sus clientes y ellos verán lo que “hacen con él”. “Ya lo acabas de modelar tú”, dijo. Pues a pesar de ser idénticos físicamente, los animales de compañía no tendrán el mismo comportamiento que aquellos quienes proporcionaron el material genético.
Físicamente idéntico, pero no es lo mismo
Para ahondar más en este punto, la agencia de noticias se dio a la tarea de entrevistar a Gemma Marfanny, catedrática de Genética de la Universidad de Barcelona, quien señaló que los dueños tienden a pensar que las mascotas volverán a nacer, “pero no es así, tendrá a otro perro o gato”.
“¿Verdad que a nadie se le ocurre que cuando se muere un hijo clonas a otro y lo tratas igual pensando que es el primero? No, es uno nuevo, otra persona, tiene entidad propia. Pues pasa lo mismo con las mascotas, aseguró Marfany.
Por otro lado, Salvador Macip, médico y catedrático de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y de la Universidad de Leicester, contó en diálogo para EFE que algo importante que debe ser tomado en cuenta durante el proceso de clonación y reproducción es que las hembras donantes de óvulos y gestantes “sean tratadas de la forma más ética posible” para evitar que existan “abusos”.
Con información de EFE