Sumar un gato a tu familia es una decisión que no se puede tomar a la ligera, va más allá de elegir un color, pues cada subespecie de este animal tiene características, comportamientos y necesidades diferentes. Tener en cuenta estos puntos hará que sea más sencillo saber cuál ejemplar es el ideal para ti.
Un animal de compañía representa una gran responsabilidad, la criatura va a depender completamente de ti. Por este motivo es importante valorar los pros y contras antes de adoptar a un felino. Esta especie destaca por aprender rápido, ser activo, territorial y generalmente los propietarios necesitan de tiempo de calidad para adaptarlos a su nueva vida.
De acuerdo con información de Purina, empresa productora de alimentos para mascotas, los gatos necesitan de espacios diferenciados para que se sientan cómodos. Durante este proceso generalmente los animales recorren los diferentes espacios del hogar hasta adaptarse por completo.
Por estas razones en Infobae te compartimos las características y necesidades del Balinés que te pueden ayudar a saber si es el felino ideal para tu estilo de vida.
Necesidades del Balinés
El gato balinés es un gato bonito y elegante, de tamaño mediano, con las mismas líneas estilizadas y esbeltas del siamés. El cuerpo es grácil y esbelto, la cabeza tiene un perfil recto y tiene grandes orejas, que pueden presentar mechones. Tiene un pelaje sedoso y vaporoso que puede medir de uno a varios centímetros de longitud y cae lacio sobre el cuerpo. La cola es larga y emplumada, con pelo mucho más largo que en el resto del cuerpo.
El balinés no tiene un manto inferior lanoso, por lo que se clasifica oficialmente como «de pelo semilargo». Los ojos son de un tono azul brillante y de aire oriental por forma y disposición. El pelaje se caracteriza por mostrar el mismo color en orejas, cara, patas, pies y cola, con un morro como la que tienen los siameses. En EE. UU., los gatos de tipo balinés con manchas adicionales a las que se aceptan para los balineses se conocen como javaneses.
El carácter del balinés es similar al del siamés, aunque algunos dueños creen que el balinés es un poco más tranquilo. Sin embargo, es probable que el balinés siga mostrándose algo extrovertido y demande la atención de sus compañeros humanos. Los balineses son muy maulladores y casi parecen hablar con sus dueños. Necesitan formar parte de la familia; su necesidad de atención significa que les gusta la compañía humana y que son adecuados para personas que no pasan fuera todo el día.
El balinés es básicamente un siamés de pelo largo. Los balineses empezaron a verse a primeros del siglo XX y, al principio, los criadores regalaban a sus gatitos de pelo largo. Tras la Segunda Guerra Mundial, se desarrolló la raza, que recibió originalmente el nombre de «siamés de pelo largo», pero pasó a llamarse «balinés» por la similitud de los gatos con las elegantes bailarinas de los templos del Lejano Oriente. En 1961 se reconoció la raza balinesa en Estados Unidos, pero no se importó a Europa hasta mediados de los setenta.
Son grandes dormilones
Los gatos como animales mamíferos pasan la mayor parte del tiempo descansando, regularmente duermen entre 12 y 18 horas diarias con periodos intermitentes que pueden durar hasta 113 minutos, de acuerdo con información de Sleep Foundation, organización que se encarga de estudiar los patrones de comportamiento durante el sueño.
Descansar al lado de tu mascota trae grandes beneficios para los seres humanos. La doctora Dana Varble, directora de la Comunidad Veterinaria de Norteamérica, detalló en una entrevista para CNN que dormir a lado de un gato ayuda a estrechar en gran medida la relación dueño-mascota.
El académico de la Universidad de Bristol, John Bradshaw, compartió en una entrevista para National Geographic que los felinos “adoptan” a los humanos como integrantes de su grupo y comúnmente interactúan con ellos como si fuera de la misma especie.
Los gatos externan su cariño levantando la cola y formándose en el cuerpo de sus dueños. Bradshaw detalló que estos animales saben que sus propietarios son más grandes que ellos, pero no adaptan su conducta social cuando interactúan con los humanos.