Idun, una lechuza enmascarada de Tasmania (Tyto castanops), sobrevivió a un traumático episodio luego de que una de sus garras quedara atascada en la malla metálica del techo de un edificio de Tasmania, Australia. Trató de liberarse en reiteradas ocasiones, lo que provocó que su pata se inflamara y que sufriera un traumatismo en los tejidos blandos.
A su auxilio acudieron especialistas del Bonorong Wildlife Service (BWS), santuario de vida silvestre basado en Brighton, Tasmania, quienes contaron con el apoyo de una empresa de reparación de techos para sacar a Idun de su predicamento.
Tan pronto como fue liberada de la malla metálica, el ave fue trasladada hasta un hospital veterinario, donde especialistas determinaron que, a pesar de la desesperante experiencia, no había sufrido ninguna lesión grave que pusiera en peligro su vida. Los rescatistas esperan que pronto pueda ser liberado en la naturaleza después de “un breve período bajo cuidado”.
El ave que esquivó un trágico destino
A inicios de semana, el Wildlife Rescue Service del BWS recibió una llamada de un ciudadano. La petición de auxilio era para Idun, quien se encontraba atascado en lo alto del techo de un edificio durante la mañana, según informaron los encargados de las redes sociales del santuario de vida silvestre en una publicación de Facebook.
Una investigación reveló que las garras de la lechuza enmascarada de Tasmania se habían atascado en la malla de alambre que cubría el canal del techo. El animal no pudo liberarse y permaneció ahí por tiempo indefinido.
El equipo de rescate recurrió a De Groot Roof Painting una empresa australiana de reparación de tejados que “inmediatamente entró en acción para ayudar”, el equipo utilizó su equipo “y habilidades para pintar techos” durante el salvamento.
Gracias al compromiso de las personas involucradas, el ave fue liberada de la malla de forma segura y sin ninguna complicación extra. Una vez bajo la protección de sus rescatistas, Idun fue trasladado hasta el Bonorong Wildlife Hospital, donde pudo ser evaluado exhaustivamente por un “equipo veterinario especializado”.
Los especialistas dijeron que parecía estar cansado debido a “su terrible experiencia”, sin embargo, se alegraron al descubrir que no sufría heridas graves. Al poco tiempo, un “minucioso examen” realizado bajo anestesia confirmó que la lechuza sufrió un traumatismo en los tejidos blandos e inflamación en la garra que estuvo atascada dentro de la malla metálica, “probablemente por los repetidos esfuerzos por liberarse”.
Todas sus lesiones son tratables y los especialistas la consideraron un ave suertuda, pues logró evitar heridas más graves durante su intento de liberarse.
Recibió el cuidado especializado de un rehabilitador de aves rapaces que, según las autoridades del santuario de vida silvestre, cuenta con “mucha experiencia”. Su cuidador se encargará de monitorear “cuidadosamente” al ave mientras recupera todas sus fuerzas.
Empleados del refugio esperan que tras un breve período bajo cuidado, Idun pueda ser liberado nuevamente en la naturaleza.
Una lucha constante por salvar a la especie
Greg Irons, director del BWS, declaró para la cadena australiana Australian Broadcasting Corporation (ABC) que las lechuzas enmascaradas de Tasmania consiguen una pareja para toda la vida, por lo que “será bueno regresarlo donde fue encontrado”.
Irons lamentó que esta especie, de la cual, en sus palabras, sólo quedan 500 individuos libres en la naturaleza, se encuentre en peligro de extinción. Entre las principales amenazas enumeradas por el director del santuario se encuentra la modificación de sus hábitats, envenenamiento secundario y ataques de gatos tanto domésticos como ferales.
“Vemos un puñado (de lechuzas) al año, probablemente al menos cinco. No hay tantos por ahí, por lo que es un porcentaje bastante alarmante”, subrayó Irons, quien instó a la población a tomar medidas para cuidar de la vida silvestre, ya que “el 97 por ciento de las llamadas que reciben son causadas por personas”.