Los secretos que guarda el murciélago fantasma del norte, el enigmático residente de los bosques tropicales

Esta especie se caracteriza por su pelaje blanco y sedoso. Encontrarse con uno suele ser raro

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Gracias a sus hábitos, estos quirópteros son difíciles de encontrar. (Wikicommons/Michael Autumn)
Gracias a sus hábitos, estos quirópteros son difíciles de encontrar. (Wikicommons/Michael Autumn)

Murciélago fantasma del norte (Diclidurus albus) es el nombre que recibe una curiosa especie de quiróptero que habita desde los bosques de Nayarit, México, hasta Brasil y algunas zonas del Caribe como Trinidad y Tobago y cuya característica principal es su pelaje largo, sedoso y de color blanco.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) considera que es una especie de menor preocupación y que actualmente no existen amenazas mayores que pongan en riesgo las poblaciones de murciélagos fantasma.

Son raros de avistar gracias a que una vez que encuentran a su presa regresan a sus escondites para evitar ataques de depredadores más grandes, aunque se han observado algunos especímenes en ciudades pobladas, normalmente al acercarse a los lámparas de luz durante su búsqueda de alimento.

Un animal difícil de avistar

Habita en el área del Neotrópico, desde Nayarit, México, hasta el este de Brasil. (Wikicommons/IUCN Red List of Threatened Species)
Habita en el área del Neotrópico, desde Nayarit, México, hasta el este de Brasil. (Wikicommons/IUCN Red List of Threatened Species)

Prefieren los hábitats húmedos como lo son los bosques tropicales y aquellos cercanos a la riberas, aunque se han encontrado especímenes en plantaciones, claros y sobre las aldeas, según el University of Michigan Museum of Zoology (UMMZ).

Toman descansos debajo de las hojas de las palmeras de coco y migran dentro del Neotrópico (la región tropical del continente americano).

Su nombre común hace referencia al pelaje que normalmente es largo, suave y de color blanco, aunque en ocasiones los extremos pueden estar teñidos de gris. Cuentan con una glándula única dotada de dos válvulas de la cual, según el UMMZ, se desconoce su función real, aunque se ha observado que aumenta de tamaño durante la época reproductiva.

Con respecto a su reproducción, especialistas de la institución detallan que existe poca información sobre el sistema de apareamiento de esta especie, sin embargo, señalan que son animales solitarios la mayoría del tiempo.

Durante su época de apareamiento, se pueden observar a pequeños montones “posándose muy juntos”. Cada grupo suele estar formado de un macho y múltiples hembras.

Son animales nocturnos que se posan a descansar debajo de las palmeras durante el día. Tienden a volar alto y en línea recta. Se sabe que esta especie se vale de la ecolocalización para hallar a sus presas y volar a través de los árboles de los bosques.

La institución indica que emiten una llamada de 22 kilohercios durante la cacería y que no existe mucha información disponible sobre su forma de comunicación entre individuos de la especie, pero “es probable” que lo hagan a través de señales químicas, incluido el uso de sustancias secretadas por las glándulas de los machos.

Huidizos y raros de ver

Son insectívoros y una vez atrapan a sus presas, buscan un lugar dónde esconderse. (Wikicommons/Charlie Jackson)
Son insectívoros y una vez atrapan a sus presas, buscan un lugar dónde esconderse. (Wikicommons/Charlie Jackson)

Son insectívoros, y se alimentan de polillas principalmente, el museo estima que comen alrededor de 1.000 insectos por noche. Tal depredación podría significar afectaciones a las poblaciones de dichas presas, aunque la institución afirma que, al ser animales raros, su efecto en el ecosistema “probablemente sea leve”.

La especie también “podría” ser un beneficio para las poblaciones humanas, ya que ayudan a controlar las plagas en localidades agrícolas, aunque al ser tan raros su presencia no alcanzaría a representar una contribución significativa al reducir las poblaciones de insectos.

Con respecto a su rareza, la revista National Geographic señala que se han avistado ejemplares en ciudades pobladas, generalmente cuando se acercan a los focos de luz durante su búsqueda de alimento.

Son huidizos y sigilosos, ya que una vez obtienen a su presa, regresarán de inmediato a su refugio, ya sea en una cueva o grietas en edificios, pues son vulnerables ante depredadores más grandes.

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