Horace es un husky siberiano que nació siendo ciego y cuyos ojos tuvieron que ser extraídos. Pese a que tuvo un comienzo difícil en la vida, su suerte pareció cambiar, pues una persona lo adoptó cuando aún era un cachorro.
El animal creció y cuando cumplió los seis meses de edad, su propietario lo llevó al veterinario, donde pidió que fuera sacrificado alegando que ya no lo querían porque era muy agresivo. El especialista se negó y le encontró un hogar temporal.
Nuevamente el destino de Horace parecía haber mejorado, pues junto a su nueva familia gozaría de todo el cuidado y cariño que jamás tuvo, pero nuevamente las probabilidades estaban en su contra, pues sus nuevos dueños lo entregaron a un refugio animal cuando cumplió dos años y medio de edad.
Horace y su miedo a los perros
Su dueña recordó en diálogo para el canal de YouTube GeoBeats Animals que sus dueños lo entregaron a un refugio porque consideraron que esa sería una forma de darle “una nueva oportunidad de vida”, después de que ya no lo quisieron debido a que era agresivo con los otros perros.
La mujer pensó que estaría aterrorizado al pasar el tiempo con ellos, pues estaba cubierto de cicatrices que le hacen pensar que peleaba por su comida.
Horace visitó el que sería su nuevo hogar como parte de una “prueba de tres días” que realiza el refugio para averiguar qué tan bien se desarrolla el animal en la casa de un posible adoptante y su dueña admitió que en cuanto llegó el perro parecía sentirse como en casa.
“Se sintió amado y verlo completamente calmado, cómodo, en confianza y seguro significó todo para mí”, dijo su “madre”, quien en todo momento trata de mantenerlo alejado de otros perros, pues admitió que es algo que “de verdad” lo aterroriza.
Su miedo por los canes es una de las razones principales por las que su dueña adoptó dos serpientes, las cuales no son venenosas y conviven en armonía con el perro.
“Tim es mi pitón real y es una de las serpientes más dulces y calmadas que jamás conocerás. Estaré ahí para ver que ambos están cómodos y que lo están haciendo bien. El perro se siente tan seguro estando con él que simplemente se tirará en el piso a dormir y le permitirá al reptil arrastrarse sobre él”, dijo la dueña.
Horace, según su dueña, adora pasar el tiempo junto a Walter, otra serpiente doméstica. El lazo que formó con ambos reptiles sorprendió a la mujer, quien considera “asombroso” que miembros de dos especies distintas puedan ser tan amigos como sus mascotas.
Amar a todos a pesar de su pasado
El amor que la mascota desarrolló no sólo se limita a su dueña y sus serpientes, pues también ama a sus “abuelos” y siempre estará listo para demostrarles cuánto los quiere.
“Con otros perros no puedes decir la palabra ‘paseo’ pero con Horace no puedo decir ‘la abuela está aquí’ o correrá directo hacia la puerta”, contó su dueña.
El perro incluso memorizó el sonido que hacen los automóviles de sus “abuelos” al llegar para recibirlos en cuanto crucen la puerta.
Horace fue diagnosticado con epilepsia, por lo que debe tomar medicación cinco veces al día y en mitad de la noche, pero su dueña no se arrepiente de nada y ve esto como parte de quien es su perro.
“No lo cambiaría por nada en el mundo, siempre digo que debimos conocernos en otra vida y hablo por mí misma cuando digo que adoro pasar el tiempo con él, pero creo que Horace también disfruta de estar conmigo. Somos la pareja perfecta”, concluyó su dueña.