La travesía de Cash, el burro que pasó del peligro a un cálido hogar

La madre del burro casi lo mata cuando nació, pero el desinteresado acto de sus dueños le salvó la vida

Cash superó su pasado para encontrar un amoroso hogar. (Captura de pantalla/TikTok/oursimplehomestead)

Cash es un burro negro que vive una vida fuera de lo común; come, duerme y convive dentro de la casa de sus padres, dueños de Our Simple Homestead, una granja ubicada en Florida que es el hogar de vacas, cabras, patos, gallinas y un pavo.

Aunque se ha adaptado a la vida en el interior, sus comienzos en este mundo no fueron igual de placenteros, pues apenas unos instantes después de haber nacido, su madre lo pisoteó aún con el cordón umbilical adherido a ella.

Sus dueños acudieron de inmediato a su rescate y gracias a su rápida intervención hoy en día es alimentado mediante un biberón y duerme dentro de la casa, sobre una manta especial colocada a los pies de la cama de sus “padres”.

Un duro comienzo en la vida

Sus dueños se encargan de darle todas las atenciones necesarias.

Sarah, dueña de Cash, contó en entrevista para el canal de YouTube Cuddle Buddies que una mañana ella y su esposo checaban las cercas de su granja, cuando decidieron ir a una parte de su propiedad a la que “usualmente” no solían ir y “de pronto” se encontraron con la que describió como “una enorme sorpresa”.

Resulta que uno de los burros de la pareja había dado a luz “muchísimo antes” de lo que pensaban. “La vimos (a la madre) saltar y comenzar a aplastar y patear a la cría, entonces corrimos e intercedí por Cash mientras mi esposo cortaba el cordón umbilical”, recordó Sarah.

Una vez la desesperada operación de rescate concluyó, la pareja llevó al animal herido al interior de su hogar, donde, según dijo Sarah, inició la aventura de criar a un burro bebé dentro de la casa.

“Recuerdo que durante la primera noche no dormimos en absoluto, pero al mismo tiempo los dos supimos que ‘básicamente’ era nuestro hijo y teníamos que mantenerlo con vida”, agregó la mujer.

Una vez se recuperó de sus heridas, Cash cayó en cuenta de que estaría a salvo e identificó a la casa como su hogar definitivo. Fue en ese momento cuando su verdadera personalidad floreció.

En palabras de su dueña, el burro era como un “pequeño caballo de carreras” al que le gustaba corretear por todas las partes de la granja. Pronto sus pequeñas estampidas se convirtieron en una forma de molestar al resto de animales.

“Solía correr al lado de los demás animales y darles una pequeña patada como si se estuviera luciendo, pero él sólo quiere saber dónde estamos siempre y que nos mantengamos en un lugar en el que nos pueda ver” admitió Sarah.

Al burro le encanta ser el centro de atención, y su dueña está segura de que los ve a ella y su esposo como sus padres. Sarah contó que tenerlo dentro de su casa y convivir con él todos los días es una “experiencia increíble” que sirve como el ejemplo perfecto de amor incondicional.

La vida con un burro

Se acostumbró a su nueva vida dentro del hogar de sus dueños.

La mujer admitió que la pregunta que más le hacen es “por qué tendrías a un burro en tu casa”, pero él se ha adaptado “tan bien” a la vida en el interior que no nota nada extraño. “Toma de su biberón antes de dormir, entra al cuarto con nosotros, apagamos la luz y se recuesta en el suelo al lado de donde duerme mi esposo y permanece ahí el resto de la noche”, dijo.

De vez en vez la pareja le permite a Cash interactuar con su madre a través de la reja y ella responde con cariño a pesar de lo que sucedió en el pasado. “Cash se siente tan feliz de estar vivo y logra algo dentro de ti cuando te das cuenta de eso. Es algo realmente maravilloso”, concluyó Sarah.