En Japón, los gatos se convirtieron en uno de los animales favoritos de las personas, logrando ocupar un lugar preeminente dentro de la cultura, e incluso en símbolos de buena suerte y prosperidad. Estas mascotas no sólo adornan el arte tradicional y contemporáneo, sino que también inspiraron la creación de icónicos personajes.
Desde tiempos ancestrales, estos animales han sido objeto de veneración y se les han atribuido cualidades místicas. Una leyenda destacada narra cómo un gato fue capaz de salvar a un samurái, dirigiéndolo lejos de un inminente peligro. Este y otros relatos cimentaron la imagen de dichos felinos como guardianes y protectores.
El Maneki-Neko, mejor conocido como el gato de la buena suerte, emerge de estas tradiciones, siendo común encontrarlo hoy en día en hogares y establecimientos comerciales, simbolizando deseos de fortuna y prosperidad.
La leyenda detrás de los gatos de la fortuna
La traducción de Maneki-Neko se entiende literalmente como “el gato que invita (a pasar)”, debido a que comúnmente estas pequeñas figuras de plástico o porcelana son representadas por un gato bobtail japonés de calicó sentado sosteniendo una moneda koban (pieza de oro utilizada durante el Japón feudal del período Edo). Algunos de ellos cuentan con un mecanismo que hace que su pata se mueva lentamente hacia adelante y atrás.
En diferentes partes del mundo, el Maneki-Neko se convirtió en símbolo de prosperidad y buena fortuna, los dueños suelen colocarlos en las entradas de sus negocios bajo la creencia de que atraerá a la clientela.
La leyenda cuenta que esta curiosa imagen, según Juan Enrique Romero, médico veterinario y especialista en educación universitaria, nació cuando tiempo atrás, un samurái se recostó debajo de un gran árbol cercano a un templo para descansar, cuando de pronto, un pequeño gato que parecía saludarlo con la pata se cruzó frente a él y lo invitó a entrar al edificio sagrado.
El samurái le hizo caso al felino y entró al templo. En el momento exacto en el que cruzó la puerta, un rayo partió en dos el árbol en el que descansaba apenas hace un par de minutos. El gato le había salvado la vida.
Características como “su natural misterio”, la capacidad que tienen para caminar sin hacer ruido y sus brillantes ojos, dotan al gato los elementos perfectos para ser considerado como un “animal mágico”, según Romero.
Aunque se desconoce el color original del gato de la leyenda, comúnmente es representado con tonalidades blanquecinas y todos cuentan con un collar rojo. Tal y como relata el especialista, literatura antigua sobre la cultura japonesa detallan sobre un felino blanco que porta una “correa roja”, misma que lo “pasea por el mundo como si estuviera encantado”.
Este antiguo relato japonés podría ser la explicación del por qué los Maneki-Neko de hoy en día están representados con un característico collar rojo.
Romero asegura que la pata que mueven las figuras es de gran importancia, pues si la derecha es la que se encuentra en movimiento, el Maneki-Neko atraerá prosperidad y dinero, mientras que con la izquierda estaría invitando visitantes.
Los gatos como parte de la cultura
Tal y como lo ejemplifica el Maneki-Neko, los gatos se convirtieron en parte importante de la cultura japonesa, tan es así, que dentro del territorio nipón existe Aoshima, una pequeña isla rural en la prefectura de Ehime de poco más de un kilómetro cuadrado en el que habitan decenas de gatos que superan a la población humana.
El cómo es que la isla se llenó de felinos es igual de fascinante que las postales que se pueden encontrar; según informa el portal The Atlantic, en el pasado, la actividad económica principal de la isla era la pesca, pero con el tiempo y tras la reducción de las poblaciones de animales marinos, decenas de personas se mudaron a otras ciudades para encontrar trabajos diferentes, aumentando así el número de habitantes felinos.
De acuerdo con la agencia de noticias Europa Press, la enfermera del pueblo es quien se encarga de la alimentación de todos los gatos de la isla, quienes diariamente se aglomeran afuera del centro médico para recibir su porción de comida.