Cristal es una gata rescatada de pelaje color blanco y negro que encontró un hogar inusual pero lleno de amor en el centro comercial Santafé, ubicado en El Poblado, Medellín, Colombia, gracias a Patas Parriba, la tienda de mascotas que decidió adoptarla.
Su rutina diaria se convirtió en una fuente de alegría tanto para los empleados del centro comercial como para los cientos de visitantes. A la felina le encanta pasear por los pasillos, visitar a sus amigos en las diferentes tiendas de la galería y es normal verla curioseando entre los puestos y tiendas y descansando en diferentes lugares.
Recientemente, la tienda de mascotas tuvo que cambiar su ubicación a un lugar cercano a la carretera, por lo los trabajadores sabían que no se podrían llevar a Cristal con ellos, pues la carretera cercana y otros factores le imposibilitarían salir a curiosear como siempre, por lo que tomaron la decisión de darla en adopción con los oficinistas del centro comercial, asegurando así su bienestar tanto físico como mental.
La gata que adora vivir en un centro comercial
Esta historia comenzó en 2018, cuando Cristal llegó a un refugio en compañía de sus crías con la esperanza de ser adoptada. Sin embargo, su destino tomaría un giro inesperado que la llevaría a convertirse en el alma de un centro comercial.
Luego de que uno a uno sus hijos fueran adoptados, Cristal se quedó sola, pero los dueños de Patas Parriba se enamoraron de ella y le dieron un hogar, permitiéndole vivir libremente dentro de sus instalaciones y del centro comercial donde se encontraban ubicados.
Sus amorosos nuevos dueños le colocaron una caja de arena y múltiples tazones de comida alrededor de toda la tienda y le dieron la oportunidad de recorrer todo el centro comercial.
Al ver que la decisión de permitirle deambular a sus anchas por los pasillos, sus dueños supieron que habían tomado la decisión correcta. “Cristal se adaptó rápidamente al centro comercial. Aprendimos que le gustaba que los compradores la acariciaran y que estaba tranquila cada vez que salía de la tienda para explorar”, contó Luciana, trabajadora de Patas Parriba en entrevista al medio estadounidense The Dodo.
Esta se convirtió en la rutina diaria de Cristal. “Amo visitar a mis amigos vecinos, ver todo lo que tengo a mi alcance y una de las cosas que más amo es jugar en las plantas”, relata una publicación en Instagram en voz de la felina. “Me encanta escalar y descubrir cosas nuevas. Todos los días hago un nuevo plan, pero una de mis cosas favoritas es subir corriendo las escaleras y relajarme en los muebles”, resaltando la calidez y el cariño que encontró en su nuevo e inusual hogar.
A lo largo de los próximos seis años, la felina se convirtió en la mascota no oficial del centro comercial, pues todo el mundo, tanto trabajadores como visitantes, estaban enterados de que no se trataba de una gata abandonada, sino de una habitante de la galería comercial.
Encontrar una nueva forma de vivir
Recientemente, los trabajadores de la tienda para mascotas se vieron envueltos por una difícil decisión, ya que la tienda tuvo que ser trasladada a una parte diferente de la ciudad. Donde se encuentra al aire libre y rodeada de calles muy transitadas, mismas que la pondrían en peligro gracias a su hábito de deambular por su territorio.
Ante esta situación, los trabajadores entendieron que la mejor decisión que podrían tomar era la de darla en adopción con los oficinistas del centro comercial, pues así asegurarían su bienestar tanto físico como mental.
“Decidimos dejar que el centro comercial la adoptara porque era lo mejor para ella debido al espacio. Está muy bien, hay personal que se encarga de cuidarla y mantenerla a salvo. Recibimos fotografías e informes actualizados sobre ellas todos los días”, celebró Luciana.
Recientemente, los encargados de la cuenta de Instagram de la tienda de mascotas, compartieron un video en el que se observa a trabajadores de Patas Parriba visitarla en compañía de especialistas veterinarios para confirmar las condiciones en las que se encuentra y que goza de buena salud.
Además, Cristal recibió un chequeo veterinario, desparasitación rutinaria y un merecido corte de uñas. “Les contamos que está muy bien y se adapta perfecto a su nuevo entorno, mejor dicho, visita todos los puestos de trabajo y la terraza. Es una gata muy consentida” concluyeron en la publicación los trabajadores.