Bruno es un perro anciano de raza mixta y de pelaje blanco con negro que sufrió una de las peores facetas del abandono al pasar 15 años encerrado dentro de una jaula oxidada sin poder sentir la luz del sol en su rostro. Durante todo ese tiempo esperó por una segunda oportunidad que llegó recientemente.
Cuando una voluntaria del Pawssion Project, organización filipina sin fines de lucro dedicada al rescate, rehabilitación y realojamiento de animales maltratados y abandonados se enteró de que la mascota anciana vivía dentro de una jaula oxidada, supo de inmediato que tenía que ayudarlo.
El animal recibió todo el cariño y atención que no sintió durante más de una década y gracias al corazón y actuación oportuna de su rescatista, Bruno logró salir adelante y conmover al mundo con su radical cambio, tanto de apariencia como actitud.
Iniciar el viaje de redescubrimiento
La historia de Bruno comenzó cuando la voluntaria de Pawssion Project recibió el aviso sobre un perro que vivió gran parte de su vida confinado en una jaula oxidada. Inmediatamente la mujer acudió en su ayuda y le ofreció alimento y cariño. El perro desconfiaba de ella, sin embargo, logró una conexión única.
Más tarde, un equipo de rescate de la organización llevó a cabo su liberación, según reporta el medio estadounidense The Dodo. Una vez abandonó la jaula oxidada, la mascota fue trasladada hasta una clínica veterinaria, donde respondió con agresiones a sus salvadores, ya que las marcas del maltrato y los traumas que sufrió durante su anterior vida, se hicieron presentes.
Con algo de paciencia y sin importar su respuesta, los veterinarios continuaron tratando de ayudar a Bruno, quien poco a poco entendió que las personas estaban ahí para guiarlo por el camino hacia la rehabilitación y una nueva vida.
“Lo abrazamos y vimos la primera sonrisa, una muy grande”, dijo Malou Pérez, fundadora de Pawssion Project, al medio especializado en animales y mascotas.
La directora le aseguró al perro maltratado que “así” es como se sentía ser amado y querido, mientras lo sostuvo en su regazo y lo cubrió con sus brazos.
Estas pequeñas acciones de cariño, lograron convertir al reactivo perro en alguien que aprendió a confiar en sus cuidadores, quienes se conmovieron con todas sus reacciones de camino al refugio.
“Estuvo mirando por la ventana durante mucho tiempo, como si estuviera asombrado con todo lo que estaba viendo. Me detuve para dejarle un juguete y finalmente se quedó dormido”, recordó Pérez.
La fundadora de Pawssion Project dijo sentirse emocionada durante ese breve momento, luego de pensar en cómo Bruno soportó “años y años” de estar aislado y no sentirse amado.
El primer paseo de Bruno
El 23 de marzo, los trabajadores de la organización compartieron un emotivo video a través de sus redes sociales, en el que contaron que Bruno fue un regalo para sus dueños, quienes en un principio jamás lo quisieron.
Cuando los voluntarios les preguntaron por qué no habían realojado al animal, ellos simplemente respondieron: “Él es sólo un perro callejero. ¿Alguien se enamoraría de él?”, una mentalidad de muchísima gente, según lamentaron los trabajadores del Pawssion Project
Para ayudarle a olvidar su traumático pasado, los rescatistas lo llevaron a disfrutar de su primer paseo a lo largo de un sendero boscoso. Fue en este preciso momento en el que, después de 15 años, sintió la luz y la calidez del sol en su rostro.
“Verlo simplemente contemplar la naturaleza, apreciar los árboles y el cielo fue muy hermoso. Estas son cosas hermosas y gratuitas con las que el mundo nos ha bendecido y Bruno nos recuerda que existen situaciones que tendemos a no apreciar la mayor parte del tiempo”, concluyeron los voluntarios en la publicación.