El arte del cortejo anfibio: el curioso descubrimiento realizado por científicos

El hallazgo aporta información relevante a un comportamiento que se creía restringido a los humanos y sus animales de compañía

Guardar

Nuevo

El curioso hallazgo fue realizado por investigadores de la Universidad de Anhui. (Archivo EFE/Ronald Wittek)
El curioso hallazgo fue realizado por investigadores de la Universidad de Anhui. (Archivo EFE/Ronald Wittek)

Algunos de los comportamientos de las ranas, especialmente de las torrenteras de orejas cóncavas (Odorrana tormota), continúan intrigando a científicos de distintos países. Recientemente un equipo de investigadores de la Universidad de Anhui, China, descubrieron que los anfibios hembra de dicha familia se comunican y “coquetean” con los machos guiñando un ojo.

El curioso hallazgo fue publicado en la revista científica Current Biology, ahí, los científicos informan que para llevar a cabo su investigación utilizaron anfibios de la especie endémica del este de China, que habita en ruidosos arroyos y se comunica principalmente a través de ultrasonidos.

Los frutos de la extraordinaria investigación aportan evidencia relevante de que el movimiento de los párpados cumple una función extra a la de limpiar los globos oculares para librarlos de polvo y otras partículas extrañas y que funciona como un método de comunicación visual, algo únicamente visto antes en primates, principalmente seres humanos y sus animales de compañía.

Parpadear para “coquetear”

Los científicos descubrieron que las hembras "guiñan" para atraer a los machos. (REUTERS/Toby Melville)
Los científicos descubrieron que las hembras "guiñan" para atraer a los machos. (REUTERS/Toby Melville)

Los investigadores explican en su estudio que parpadear, o guiñar los ojos es un comportamiento exclusivo de los animales que cuentan con párpados móviles, como los anfibios, reptiles, aves y mamíferos.

Hasta la publicación de los resultados del estudio, se tenía la creencia de que dicho movimiento de los párpados servía únicamente para cubrir funciones fisiológicas, tales como lubricar la córnea y “limpiar el polvo” que pudiera entrar y afectar al ojo.

En cuanto al uso del parpadeo como “señal social”, “se considera actualmente restringido a algunos primates, especialmente a humanos y sus animales de compañía”, según escribieron en el estudio.

Los investigadores señalan que estas conductas no se habían verificado en otros taxones, sin embargo, a través de múltiples herramientas, tales como la observación de campo y otros experimentos, demostraron que las hembras de la rana torrentera de orejas cóncavas (Odorrana tormota), especie que se caracteriza por vivir en “arroyos ruidosos”, parpadean para comunicarse con los machos.

Durante el estudio, los científicos observaron que sólo los machos que recibieron un guiño por parte de alguna hembra se aparearon con éxito sin ser rechazados, según reporta la agencia de noticias EFE.

El hallazgo no se detiene ahí, pues determinaron que las hembras “guiñan” los ojos para instar a los machos a iniciar el apareamiento.

La importancia de estos descubrimientos radica principalmente en que el parpadeo puede considerarse como una “señal social” en especies diferentes a las de los primates.

De acuerdo con la agencia de noticias, el líder de la investigación, Zhang Fang, dijo que los resultados suponen un importante avance en el campo del comportamiento social y aporta información relevante para comprender de mejor forma la evolución de la comunicación visual entre animales.

Una especie bastante adaptable

El hallazgo aporta evidencia de un comportamiento que se creía restringido a humanos y sus animales de compañía. (REUTERS/Wolfgang Rattay)
El hallazgo aporta evidencia de un comportamiento que se creía restringido a humanos y sus animales de compañía. (REUTERS/Wolfgang Rattay)

Estas ranas son consideradas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como una especie de menor preocupación, debido a que su población no se encuentra en peligro de extinción, no obstante, en el pasado enfrentaron una serie de problemas que pudieron ponerlas en riesgo.

Algunas de estas amenazas son la construcción de represas, la pérdida de sus hábitats forestales a causa de la agricultura y la tala, aunque la UICN ya no los considera como ningún problema.

En el pasado, uno de los sitios donde habitan al ser un destino turístico popular, que los visitantes frecuentan para meterse al arroyo y, por ende, perturbar su lugar de descanso, era propenso a la contaminación provocada por la actividad humana.

Todas estas amenazas dejaron de ser consideradas como un problema ya que, según la organización, “actualmente no se produce más destrucción del hábitat”.

Además, la UICN le atribuye su supervivencia a que la especie es “bastante adaptable a cierto grado de alteración del hábitat”.

Guardar

Nuevo