Theo es un perro chihuahua de pelaje color blanco con marrón que vivía una vida feliz, sin embargo, luego de un tiempo acabó bajo la protección de un refugio animal en Texas, Estados Unidos, después de que su dueño muriera. Al momento de su ingreso padecía obesidad y pesaba cerca de nueve kilogramos, un número fuera de lo común para una mascota de su tamaño.
Tenía los días contados debido a su condición; los trabajadores del refugio lo colocaron dentro de la lista de perros para ser sacrificados, hasta que una pareja del estado de Colorado llegó a su rescate. Sus dueños se entristecieron al ver el estilo de vida que llevaba, notaron que casi no se movía, le costaba mucho trabajo caminar y se tambaleaba de un lado a otro.
Gracias al amor de sus nuevos “padres”, Theo se embarcó en una odisea para perder el peso que le impedía vivir plenamente; comenzó a salir a pasear con regularidad, a hacer numerosas actividades físicas con las que logró bajar casi cinco kilos y le permitió desenvolverse con fácilmente y mostrarle a su familia su verdadera personalidad.
Adaptarse a un nuevo estilo de vida
La pareja conoció a Theo gracias a un servicio de Internet que recopila los datos de mascotas que buscan un hogar y, según contaron al canal de YouTube GeoBeats Animals, ver la fotografía que mostraba su “fornido” y “pequeño” cuello con un apretado arnés hizo que se enamoraran “completamente” de él.
Aunque no conocen la historia completa del chihuahua, si saben que vivía en un buen hogar, donde aparentemente fue sobrealimentado y “probablemente” ingirió muchísima comida chatarra y no la adecuada para perros.
Sus dueños recordaron que no ladraba demasiado, sus ronquidos eran muy ruidosos y, tras una revisión médica inicial, el veterinario descubrió múltiples problemas en sus rodillas, dientes y bazo.
“Escuchamos sobre las diferentes medicinas que le recomendaron, la comida dietética y suplementos. Definitivamente fue una sorpresa”, contó su dueña, quien admitió que lo vieron y supieron que necesitaba de ellos, por lo que harían cualquier cosa por él.
La mujer contó que el comienzo tuvo que ser lento, con un montón de caminatas y nada de “comida para humanos”, el cambio no le gustó para nada a Theo, quien al ser “un perro de Texas no apreció el clima de Colorado” y odiaba la nieve a pesar de que ahora le encanta.
La lucha que rindió frutos
“Cuando perdió peso se convirtió en un perro completamente nuevo, se volvió cada vez más ‘atrevido’, animado y emocionado”, dijeron sus dueños. El chihuahua “salió de su caparazón” y comenzó a ladrar cada vez más después de un viaje por carretera al Gran Cañón y diferentes parques nacionales que hizo en compañía de su familia.
Cuando rescataron a la mascota, pesaba cerca de nueve kilos, pero después de su travesía de un año logró bajar poco más de cuatro kilogramos, lo que indica que se deshizo de casi un tercio de su masa corporal.
“En un mundo perfecto a su veterinario le encantaría que ronde entre los tres y tres kilos y medio, pero tiene un montón de ‘piel suelta’, lo que añade peso extra”, bromeó la dueña y dijo que siempre fue propietaria de “perros grandes”, pero ahora está “obsesionada” con las “razas pequeñas”.
La mujer declaró que Brendan, su esposo, es “por mucho” la persona favorita del animal de compañía. “Creo que nunca en mi vida formé un vínculo tan fuerte con ningún ser vivo como el que tengo con Theo”, contó el hombre.
Ver cómo el chihuahua es capaz de correr y llevar una vida mejor llena de felicidad a sus dueños, quienes están felices de notar su radical cambio después de un año.