Una colonia de aproximadamente 40 gatos ferales se convirtieron en los huéspedes del Panteón de San Fernando, uno de los cementerios más antiguos de la Ciudad de México, lugar de descanso de personajes históricos del país como el expresidente Benito Juárez y su esposa, Margarita Maza de Juárez.
Durante la pandemia de COVID-19, Diana Arredondo, vecina de la zona, se percató de la presencia de la colonia felina y decidió llevarles comida, sin saber que ese sería el comienzo de Catacumberitos, un proyecto encargado del cuidado de todos y cada uno de los gatos del cementerio y que busca expandirse a los habitantes de dos escuelas cercanas.
Arredondo se encarga desde entonces, en compañía de más cuidadores, de alimentar, administrar medicamentos y proteger a los habitantes felinos del Panteón de San Fernando. En su noble labor consiguió esterilizar a 27 de ellos, sin embargo, busca que pronto el número aumente, pues desea que todos los gatos gocen de una excelente calidad de vida.
La luz en la vida de la colonia felina
En entrevista para Infobae, Arredondo relató que su labor inició un día que paseaba en bicicleta por una de las calles cercanas al cementerio, cuando decidió alimentar a uno de los gatos callejeros de la zona.
“Empecé a llevarles comida por fuera, el lugar estaba cerrado por la pandemia, los gatitos se quedaron ahí en completo abandono porque ya no habían personas”, dijo la cuidadora, quien notó que los animales no estaban solos del todo, pues existían vecinos como Laura, una señora de la tercera edad, que los alimentaban desde hace varios años.
“Cuando llegué, vi que habían platos de comida y todo, di con una de las cuidadoras, se llama Laura y le gusta que le digan ‘la señora de los gatos’, ahí fue cuando me di cuenta de su situación y empecé a esforzarme para poder esterilizarlos, medicarlos y demás”, añadió Arredondo.
La mujer colocaba los platos de comida en las afueras del cementerio, sin embargo, uno de los encargados del lugar le permitió ingresar para facilitar su trabajo. Gracias a él logró contactar con Antonio Cortés, exdirector del lugar.
“A partir de esa administración fue que yo pude ingresar al panteón. Semanalmente dejo 20 kilos de croquetas, medicinas y sobres de comida”, señaló Arredondo.
Con el tiempo, se percató de que muchos de los felinos estaban enfermos, “muy delgados” y heridos, debido a que se peleaban constantemente, razón por la cual decidió contactar con especialistas veterinarios con el objetivo de darle la atención necesaria a la colonia.
“Tuve mucha suerte con dos veterinarias, una de aquí del barrio y otra que un día nos visitó durante una visita guiada” , señaló Arredondo.
Pronto su labor evolucionó y paso de alimentarlos a idear un proyecto de TNR (trap-neuter-return), que consiste en atrapar a los gatos ferales, esterilizarlos o castrarlos según sea el caso y liberarlos horas después de la cirugía, gracias a que notó que nacieron muchos cachorros y que todos la “pasaban muy mal”.
“Hay una persona que se llama Francisco Cortés, es parte del personal del Museo Panteón de San Fernando, desde que llegué me ayuda mucho con los gatos”, dijo la cuidadora.
En conjunto con la asociación civil Gatos Pingos, Arredondo llevó a cabo el primer TNR, con el que logró esterilizar a 27 de los 30 mininos que habitaban en ese entonces dentro de la colonia.
“Empezamos a las cinco de la madrugada y a las seis de la tarde terminamos de atrapar a todos los ‘gatitos’. La asociación los llevó a las instalaciones de la clínica veterinaria, donde los esterilizaron, desparasitaron, vacunaron y les hicieron una muesca”, contó Arredondo.
A las 10 de la noche, los gatos regresaron a su hogar y, con el acompañamiento de los oficiales del cementerio, fueron resguardados dentro de uno de los camerinos del foro. 12 horas después y con ayuda de una veterinaria, Arredondo liberó a todos los felinos.
La mujer cuenta que la ayuda de Cortés es indispensable, pues ella acude martes y jueves a cuidar de los gatos, sin embargo, es él quien se encarga de revisar si se llenaron de pulgas, desparasitarlos cada mes y limpiar los comederos cuando Arredondo no puede hacerlo. “Es prácticamente el apoyo más importante que tenemos en el panteón”, indicó.
El invaluable apoyo a la causa
Catacumberitos busca que aquellos felinos que no fueron capturados durante el primer TNR y los que llegaron después sean esterilizados, pues es un paso importante para mantener a la colonia saludable.
“En San Fernando tenemos casi el 80% de la colonia esterilizada. Pretendemos extender esta labor a las escuelas de enfrente porque ahí hay mucho gato abandonado”, recalcó Arredondo, quien abrió una cuenta de Instagram bajo el nombre de Catacumberitos, a través de la que comparte fotografías de los habitantes felinos del panteón y todos los esfuerzos que realizan para mantener saludable a la colonia.
Las redes sociales no sólo son una forma de dar a conocer su trabajo y la vida de los gatos, sino que también se convirtió en una forma de apoyo. En el pasado, el influencer Abraham Mont se unió a la causa de Arredondo mediante un donativo e hizo posible la primera esterilización masiva bajo el esquema de TNR.
La labor de Catacumberitos se sostiene gracias al apoyo de personas solidarias; Arredondo cuenta que aquellos que quieran sumar a la causa son bienvenidos a entregar donativos en especie en las puertas del Panteón.
“Pueden decir que eso es para los gatitos. Ahí está Francisco, él sabe a dónde llevarlo, igual si hay otras personas saben que hacer. Acomodan la comida en un pequeño espacio que nos asignaron y cuando yo llego los alimento”, dijo la fundadora de Catacumberitos.