Malibu y Whiskey, los conejos que superaron todo gracias a su entrañable amistad

La amistad de la pareja de conejos demostró ser inquebrantable cuando Malibu, a pesar de sufrir a causa de una afección, logró salir adelante gracias a Whiskey

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En su nuevo hogar, Malibu
En su nuevo hogar, Malibu se hizo amiga de Whiskey, el otro conejo de la familia. (Instagram/boozybunnies)

Malibu es una coneja de pelaje blanco con gris que goza de una vida feliz y cómoda al lado de Whiskey, su inseparable amigo. Ambos habitan dentro de un amoroso hogar que pueden recorrer a sus anchas, ya que su dueña, Yvette, confía en el concepto de “free roam”, que consiste en no limitar su movimiento con jaulas o recintos.

El amor de la pareja se vio fortalecido luego de que Malibu sufriera una afección que provocó que terminara en la sala de emergencias de una clínica veterinaria. Durante todo el proceso de rehabilitación, Whiskey se convirtió en su apoyo incondicional y en uno de los motivos principales por los que su amiga logró salir adelante.

Sin embargo, su vida no siempre fue así; antes de crear un inseparable vínculo con Whiskey y de disfrutar de un cálido hogar, Malibu fue víctima de un oscuro pasado, al ser abandonada en la sierra del poblado de San Francisco, en el estado de California, Estados Unidos.

Una amistad que conmovió al mundo

Whiskey ama tanto a Malibu
Whiskey ama tanto a Malibu que cuando enfermó, él nunca se separó de su lado. (Instagram/boozybunnies)

Yvette cuenta en entrevista para el canal de YouTube GeoBeats Animals que cuando encontraron a Malibu sabían que sería la compañía perfecta para Whiskey. Desde el momento en que se conocieron, se dieron cuenta de que su amistad sería para siempre.

“Cuando trajimos a Malibu a casa, los colocamos a cada uno en una esquina de la sala de estar y los separamos con una cerca metálica. A pesar de la separación, buscaban sentarse juntos y acurrucarse uno al lado del otro”, dijo Yvette.

Una vez la coneja tuvo la edad suficiente para ser esterilizada, su dueña dedicó un fin de semana entero a fortalecer el vínculo de los “hermanos”. “Desde ese momento siempre vivieron juntos”, señaló la “madre” de las mascotas, quien admitió que ver el amor que siente el uno por el otro es una de las cosas más tiernas que ha presenciado.

Yvette indicó que es poco habitual que los conejos se vuelvan amigos tan rápidamente como Malibu y Whiskey y dijo sentirse “muy” afortunada de que su vínculo sea tan fuerte.

En enero, sus dueños encontraron a Malibu tirada en el piso de la sala de estar. Estaba completamente inmóvil y durante el trayecto a la sala de emergencias, sus ojos comenzaron a moverse de forma errática.

“Los veterinarios realizaron análisis de sangre, una tomografía computarizada y la diagnosticaron con algo llamado desorden vestibular, que básicamente consiste en un desbalance del sistema nervioso central”, subrayó Yvette.

Cuando regresó a su hogar, su dueña notó que Malibu estaba “muy incómoda” y no quería moverse en absoluto, sin embargo, Whiskey sabía exactamente qué hacer. Al notar que su compañera lo estaba pasando mal, corrió a su lado y empezó a acicalarla.

Salir adelante gracias a la amistad

Malibu se convirtió en amiga
Malibu se convirtió en amiga inseparable de Whiskey. (Instagram/boozybunnies)

Yvette confía en que el apoyo de Whiskey, junto a su presencia, motivó y le dio la fuerza suficiente a su compañera de vida como para poder salir adelante.

“Aún no estamos seguros de qué está causando el desorden vestibular pero ya está siendo tratada con antibióticos, antiparasitarios y una terapia física”, dijo la dueña de los conejos.

Han pasado 4 semanas desde el incidente e Yvette admitió que Malibu se encuentra “mucho mejor”, puesto que ya logra pararse sobre sus patas traseras.

“Whiskey se llevó el premio al hermano mayor del año porque siempre estuvo ahí para Malibu. Pienso que tenerlo cerca definitivamente fue primordial para su progreso y para llegar a un lugar saludable” celebró Yvette.

Gracias a su inseparable amistad, el dúo puede continuar gozando de su vida sin preocuparse por el estado de salud del otro. “Ahora están durmiendo debajo del sofá”, concluyó la orgullosa “madre” de los “hermanos”.

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