Los rescatistas de The Gentle Barn, un santuario para animales de granja basado en Santa Clarita, California, Estados Unidos, están pidiendo la colaboración de sus seguidores para ayudar a Lolli, una cabra que perdió sus dos patas traseras y que es capaz de moverse y correr alrededor del refugio gracias a una silla de ruedas especial, a recuperar la movilidad de sus extremidades mediante un par de prótesis nuevas.
Además de las prótesis, Lolli requiere cuidados que incluyen terapias para estimular el crecimiento muscular y reducir la inflamación, fisioterapia, masajes, acupuntura, sesiones quiroprácticas para alinear su columna y mejorar el flujo sanguíneo, así como medicina tópica especial, sin nada de esto, sus extremidades corren el riesgo de atrofiarse por falta de uso.
Los cuidadores de la cabra están comprometidos con darle la mejor calidad de vida posible, que únicamente es posible a través del apoyo y la cooperación de los donadores del santuario. A través de redes sociales, los miembros de la organización aclararon que todos los procesos curativos no sólo ocurren una vez, sino que Lolli los requerirá por el resto de su vida.
Lolli, la víctima que sobrevivió a las heladas temperaturas
Los miembros del santuario compartieron la historia de Lolli a través de un emotivo video publicado en redes sociales. La cabra perdió sus patas traseras y las puntas de las orejas debido a la congelación que sufrió al nacer durante un “día helado” y después de no recibir la atención médica veterinaria “inmediata” que necesitaba.
A menudo, Lolli no podía seguir el ritmo de su madre y se quedaba sola gritando por ayuda. Al llegar al santuario, sus cuidadores iniciaron las atenciones necesarias con las que poco a poco se recuperó.
Con el tiempo y después de varias cirugías, Lolli recibió su primer par de prótesis, con las que pudo correr por los campos del santuario, pero creció demasiado rápido y dejaron de ser cómodas.
Esto propició que recibiera una silla de ruedas personalizada con la que podía llevar a cabo sus días con normalidad, pues le permitía ser más independiente, misma que la ha acompañado a lo largo de la mayoría de su vida.
“La silla de ruedas le permitió correr, jugar y crecer cómodamente acompañada de su familia “, indicaron los trabajadores del santuario.
A pesar de toda la ayuda, Lolli requiere de cuidados constantes como acupuntura, musicoterapia, fototerapia, botas especiales para proteger sus muñones, terapia ESTIM para estimular el crecimiento muscular y reducir la inflamación, así como “envolturas veterinarias” y medicinas tópicas.
Sin embargo, corre el riesgo de perder la habilidad de usar sus patas traseras, por lo que los trabajadores del santuario extendieron una petición a sus seguidores para poder darle a Lolli prótesis nuevas con las que podrá “mantener sus músculos en movimiento” y recibir con mayor frecuencia terapia física y masajes, entre muchos tratamientos más.
“Cuidar de esta dulce niña toma muchísimo tiempo y recursos” concluyeron los cuidadores de Lolli, quienes indicaron que todo el empeño que ponen en la cabra ejemplifica la atención que merecen todos los animales bajo su protección.
Una cría fruto del gigantesco amor
Merlin y Minnie Mae, los padres de Lolli, son dos cabras cuyo amor inspiró a cientos de personas. Ambos fueron separados tras el nacimiento de su cría y pasaron mucho tiempo sin verse.
Según indican los miembros del santuario, la pareja finalmente pudo reunirse gracias a que un “vecino preocupado” informó sobre el paradero de Merlin.
Minnie y Merlin se reunieron en el santuario de The Gentle Barn Tennessee, donde cuidan fervientemente a Lolli. “Su historia de amor nos inspira todos los días”, agregaron los cuidadores del refugio en una publicación de Instagram sobre la historia de las cabras.
Gracias a los esfuerzos del santuario, la pareja puede vivir el resto de sus días en compañía de su amada cría, quien adora pasar el tiempo junto a ellos.