Elegancia con plumas, la desconocida historia de las gallinas polacas que conquistaron Europa y América

Las gallinas polacas se convirtieron en una de las razas de gallinas exóticas más conocidas gracias a sus características y extravagantes crestas

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Las gallinas polacas se caracterizan por contar con un exótico plumaje. (Instagram/Yvetteslittleflockers)
Las gallinas polacas se caracterizan por contar con un exótico plumaje. (Instagram/Yvetteslittleflockers)

Al ser consideradas como aves de granja, las gallinas (Gallus gallus domesticus) a menudo sufren el estigma de ser consideradas poco glamorosas y elegantes, sin embargo, existe una variante que se destaca por lucir una curiosa cresta y un esponjoso plumaje que varía entre el color dorado y blanco.

Durante el siglo XV y XVII, las gallinas polacas protagonizaron pinturas de artistas tanto holandeses como italianos y fueron extremadamente famosas dentro de la literatura del mismo periodo, aunque se desconoce su historia exacta, historiadores expertos en la especie suponen que llegaron a Europa Central y Oriental junto a los mongoles durante la Edad Media.

En la actualidad se convirtieron en una aclamada especie para los amantes de las gallinas y se caracterizan por contar con una pequeña cresta en forma de “V” que está oculta dentro de un grueso plumaje. Dentro de esta raza existen diferentes variantes; algunas aves cuentan con plumas debajo de su pico que se asemejan a una barba.

Los orígenes de la elegante raza

Su característica cresta las convirtió en una raza asustadiza debido a que tiende a cubrirles los ojos e impedir su visión. (Pixabay)
Su característica cresta las convirtió en una raza asustadiza debido a que tiende a cubrirles los ojos e impedir su visión. (Pixabay)

De acuerdo con The Livestock Conservancy, organización sin fines de lucro que tiene como objetivo proteger de la extinción a distintas razas de ganado y aves de corral, se desconoce la historia exacta de los orígenes de las gallinas polacas, sin embargo, existen historiadores avícolas que señalan que fueron llevados desde España hasta Holanda a finales del siglo XVI.

Los amantes de las gallinas holandeses del siglo XVIII fueron los encargados de refinar tanto los patrones de color como las tan conocidas crestas de los pollos polacos actuales, durante esa época, se volvieron una especie extremadamente popular para la producción de huevos en Francia.

Según informa la organización, las gallinas polacas llegaron a Estados Unidos entre 1830 y 1840 y que en 1850 se encontraban en casi todas partes del territorio americano.

Carol Ekarius, autora de literatura relacionada al ganado, en su libro titulado “Guía ilustrada de Storey sobre razas de aves de corral”, menciona que usualmente los pollos polacos son tranquilos, pero que a veces sus crestas pueden interferir con su visión y las hace muy asustadizas cuando se dan cuenta de que hay alguien cerca.

Ekarius menciona que las gallinas polacas se desarrollaron originalmente como una “raza ponedora”, y por ende, muchas “cepas” y “variedades” continúan siendo excelentes dando huevos.

La autora indica también que la raza fue admitida por primera vez en la American Poultry Association (APA), organización estadounidense encargada de apoyar a la comunidad en la cría de aves de corral bajo ciertos estándares de perfección y que es considerada como la asociación avícola más antigua de América del Norte, en 1874.

Una curiosa raza de gallina

Prefieren el clima cálido debido a que su plumaje las hace propensas a humedecerse y sufrir por el frío. (Pixabay)
Prefieren el clima cálido debido a que su plumaje las hace propensas a humedecerse y sufrir por el frío. (Pixabay)

Según The Livestock Conservancy, esta ave ha sido conocida por varios nombres incluidos “Poland”, “Tophat” y “Paduan”, mientras que Charles Darwin clasificó a cualquier pollo con cresta como “polaco” debido a la semejanza del plumaje arriba de sus cabezas con los sombreros que utilizaban los soldados polacos.

Otra teoría detrás del nombre dice que el nombre de la raza está basado en la palabra holandesa “pol” que significa “cabeza larga”.

Estas aves prefieren el clima seco y cálido, pues son tolerantes a las altas temperaturas siempre y cuando tengan acceso a la sombra, no así con el clima helado, pues sus crestas pueden humedecerse y provocar que sientan demasiado frío.

Su característica cresta además de convertirlas en un ave asustadiza las hace susceptibles a la depredación aérea, pues las hace más notables.

Tienden a poner alrededor de 150 huevos de tamaño mediano a grande al año, aunque no siempre cuidan de ellos y rara vez se deprimen al ser separadas de aquellos que no han eclosionado.

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