Vito, el primer gato “biónico” de Italia: su viaje desde la tragedia hasta convertirse en sensación de las redes

Vito, un gato naranja atigrado, llevaba una vida tranquila junto a Silvia Gottardi y Linda Ronzoni, sus dos amorosas dueñas. Durante años se desarrolló como una mascota normal, sin embargo, un trágico accidente cambiaría su destino para siempre.

Un automóvil le aplastó las dos patas traseras mientras sus dueñas estaban de viaje. Su vida estaba en peligro y no tenían muchas opciones; conocidos le sugirieron a la pareja que lo sacrificaran pues no concebían que un felino tuviera una vida normal sin estas dos extremidades, pero por suerte encontraron a un veterinario que les propuso una solución inusual.

El médico sugirió colocarle un par de prótesis a Vito. Al inicio no fue sencillo para ninguna parte, pero con el tiempo el minino se acostumbró hasta el punto de que pareciera que nunca perdió sus patas. A día de hoy, él disfruta de su “nueva” vida siendo el primer gato “biónico” de Italia. Sus dueñas comparten su historia de superación y buscan inspirar a miles de personas a través de su cuenta oficial de Instagram.

Vito era un gato callejero nacido en la localidad de San Vito Lo Capo en Sicilia, Italia, hasta que fue rescatado por una familia de Riva del Garda. Tras la muerte de un familiar, el gato fue trasladado temporalmente a Milán con Silvia y su pareja Linda, según relataron para el medio local Radiobau.

Vito estaba acostumbrado a salir de su hogar y explorar sus alrededores y sus nuevas dueñas no tenían ningún problema con eso, pues siempre tenían una zona delimitada en la que podía pasear.

La rutina de Vito fue la misma durante varios meses, parecía ser un gato normal que se acostumbraba a su nuevo entorno, sin embargo, a finales de 2019 ocurrió una tragedia mientras sus dueñas estaban fuera del país.

“Estábamos de luna de miel cuando Vito tuvo un accidente. Pensamos que un automóvil le aplastó las patas traseras, su “niñera” lo encontró en medio de un charco de sangre”, relató Gotarddi, quien admitió haber entrado en shock por estar tan lejos sin poder hacer nada.

Durante su viaje en la India, la pareja pensó en que “si a los perros les daban prótesis, éstas se podrían adaptar a los gatos”, por lo que rápidamente buscaron opciones en su ciudad natal.

Pronto encontraron a un veterinario en Milán que era capaz de colocarle las prótesis y le pidieron a un grupo de amigos que llevaran a Vito hasta donde él se encontraba.

El veterinario Massimo Petazzoni les dijo que “si el gato fuera mío lo haría”, y al considerar que su otra alternativa era sacrificar a vito, la pareja decidió continuar con el plan de las prótesis.

A Vito le amputaron ambas patas traseras y pronto le colocaron sus extremidades “artificiales”, pero acostumbrarse a ellas fue muy difícil. “Era muy complicado, tanto desde el punto de vista físico como psicológico. Al verlo así con las prótesis que no reaccionaban, tenía miedo de que no se volviera a levantar y nunca pudiera caminar de nuevo”, expresó Ronzoni con tristeza.

Vito todavía tenía una sorpresa más para sus dueñas. Después de una sesión de terapia y de recibir anestesia local, se levantó poco a poco y empezó a caminar. Ese momento conmovió a la pareja, pues sabían que todo lo que hicieron por su amada mascota sirvió al final.

“Al principio todos propusieron que lo pusieramos a ‘dormir’ porque un gato sin las patas traseras no parece algo plausible. Gracias a lo que hizo el Dr. Petazzoni Vito está vivo. Ciertamente lleva una vida diferente, se parece más a un ‘perrito’ porque ya no puede saltar como antes, pero parece estar contento”, concluyó Ronzoni.

Claramente Vito se acostumbró por completo a sus prótesis y a su nuevo estilo de vida. Sus dueñas, conmovidas por la actitud de su mascota, decidieron abrirle una cuenta de Instagram, en donde comparten todas sus aventuras.

En el material más reciente se puede observar a Vito corretear por los pasillos de su hogar, afilar sus uñas en un poste rascador y subir a la parte superior de su árbol para gatos con ayuda de una de sus dueñas.

Su historia inspiró a miles de personas, quienes concuerdan en que la pareja tomó la decisión correcta al no “ponerlo a dormir”, pues aman las fotografías y videos de Vito cazando, acechando y jugando con una de sus pelotas favoritas al mismo tiempo que sale a dar un paseo por las calles cercanas a su hogar.