Los esfuerzos de científicos e investigadores para salvar al rinoceronte blanco del norte de la extinción poco a poco dan resultados. La labor no es sencilla, pues Najin y Fatu, las últimas dos miembros de la especie, son hembras, por lo que la desaparición del imponente animal parece inminente bajo estas condiciones.
Tras la muerte de Sudan, el último rinoceronte macho que quedaba sobre la tierra, el equipo de investigadores de BioRescue desarrolla métodos de reproducción asistida bajo el liderazgo del Instituto alemán Leibniz para la Investigación de Zoológicos y Vida Silvestre (Leibniz-IZW).
El consorcio internacional de ciencia anunció el miércoles por la tarde que su equipo de científicos logró con éxito el primer embarazo en el mundo de un rinoceronte mediante la transferencia de embriones: un logro histórico y el primer paso para lograr la salvación de la especie.
Un logro histórico
El 24 de septiembre pasado científicos crearon embriones a partir de óvulos y esperma recogidos y los transfirieron a Curra, una madre sustituta de rinoceronte blanco del sur de la reserva de OI Pejeta, en Kenia.
Lamentablemente, Curra murió dos meses después a causa de un envenenamiento por infección sistémica por clostridios, luego de que un diluvio inundó su recinto, permitiendo que esporas de esta bacteria salieran a la superficie desde capas más profundas del suelo, según informa la agencia de noticias EFE.
Tras la muerte de Curra, el equipo de BioRescue confirmó una gestación de 70 días de un feto macho “bien desarrollado” y viable de 6.4 centímetros de longitud.
Los científicos tardaron “muchos años” en lograr algo así y se sienten “abrumados” por contar con evidencias de que la técnica “funciona perfectamente”.
“Es amargo que este hito se confirme en circunstancias tan trágicas con la muerte de la madre sustituta, Curra, y su cría”, añadió Thomas Hildebrandt, director de proyecto de BioRescue y jefe de departamento de gestión de la reproducción de Leibniz-IZW.
Hildebrandt calificó el hecho como un punto de inflexión para la supervivencia del rinoceronte blanco del norte, así como de la salud de los ecosistemas centroafricanos.
Destacó también que “la prueba llega justo a tiempo” para conseguir un embarazo con un embrión de rinoceronte blanco del norte, subespecie de la cual sólo sobreviven dos ejemplares en todo el mundo, las hembras Najin y Fatu, madre e hija.
La primera cría podría llegar en dos o tres años
El jefe de departamento acotó que hay almacenadas en nitrógeno líquido células vivas de doce rinocerontes blancos del norte distintos.
Desde 2019, el equipo del proyecto de investigación de conservación de especies BioRescue ha producido y crio conservado 30 embriones de rinoceronte blanco del norte, mismos que están almacenados en nitrógeno líquido a -196 grados centígrados en instalaciones de Berlín, Alemania y Cremona, municipio de Italia.
Dichos embriones crio conservados están a la espera de ser transferidos a madres sustitutas de la subespecie de rinoceronte blanco del sur.
Gracias a los resultados de su investigación, los miembros del equipo de BioRescue pueden llevar a cabo la primera transferencia de embriones con un feto de rinoceronte blanco del norte.
Hildebrandt aclaró que aunque los embriones pueden almacenarse en nitrógeno líquido durante mucho tiempo, es necesario traer al mundo una cría de rinoceronte blanco del norte, lo cual es posible de lograr en dos o tres años gracias a los resultados recién publicados.
La urgencia de traer a las crías al mundo nace de la importancia de que convivan con Najin y Fatu, para que aprendan el comportamiento social natural de la especie, algo que sólo lograrán si coexisten durante muchos años.
La técnica está bien desarrollada para humanos y animales como caballos o vacas, pero en el caso de los rinocerontes todavía quedaba mucho por investigar.
“Era un territorio completamente desconocido y había que inventar, desarrollar, ensayar y probar todo, desde el enfoque hasta los protocolos del procedimiento y el equipo necesario para que pudiera utilizarse con seguridad”, concluyó Hildebrandt.
Con información de EFE