La conmovedora historia detrás de las fiestas para perros que enamoraron a miles de personas

Las “fiestas perronas” son una idea que nació gracias a una casualidad. El éxito de las transmisiones le permitió a Alejandra, dueña del refugio Ángeles con Patitas, continuar con su labor de rescate y rehabilitación

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Las "fiestas perronas" conmovieron a miles de usuarios de TikTok, quienes muestran su cariño constantemente. (Instagram/angelesconpatitasver).

Con un foco multicolor, música de todo tipo y decenas de perros, el albergue “Ángeles con patitas” le robó el corazón a miles de usuarios de la red social TikTok, quienes se quedaron enganchados con las transmisiones de las “fiestas perronas”, eventos organizados por el refugio y que emulan una celebración humana.

La original y conmovedora idea ayuda a Alejandra Ordoñez Loyola, dueña del refugio ubicado en el municipio veracruzano de Tihuatlán, México, a continuar con la noble labor de rescatar, rehabilitar y proteger a los 46 perros que fueron salvados de situaciones de maltrato y abandono.

Alejandra, quien se dedica a rescatar a perros desde hace 10 años, busca que la gente respete la vida de los animales y que tome conciencia sobre las situaciones que aquejan a la sociedad, así como fomentar la cultura de la denuncia para atacar la problemática del abandono y el maltrato hacia las mascotas.

La casualidad que hizo realidad las “fiestas perronas”

Gracias a las "fiestas perronas",
Gracias a las "fiestas perronas", Alejandra puede continuar cuidando de los 46 perros que tiene bajo su protección. (Cortesía/Alejandra Ordoñez Loyola)

Tiempo atrás, a mediados de septiembre, hasta finales de octubre, al refugio “le estaba yendo mal” y cada vez era más difícil para Alejandra y su esposo conseguir el alimento para los 46 perros que tienen bajo su cuidado, según relató la dueña del albergue en entrevista para Infobae.

La principal red social que utilizaba Alejandra para promocionar al refugio y su labor de rescate era Facebook, sin embargo, notó que otros albergues se promovían a través de TikTok, por lo que ella y su esposo tomaron la decisión de incursionar en esta nueva plataforma.

El esposo de Alejandra le sugirió hacer transmisiones a través de TikTok, ya que él vio como otros albergues hacían lo mismo, no obstante, sus primeras emisiones en directo no tuvieron tanto éxito. “Al inicio sólo llegaban seis, 10, 15 personas, y poco a poco empezamos a darnos a conocer”, explicó Ordoñez.

La idea de llegar a más personas surgió de la necesidad de conseguir fondos para sustentar su noble labor, ya que estaban pasando por momentos difíciles. “Incluso llegó un momento en el que pensamos en cerrar el albergue”, relató Alejandra.

Por fortuna, una idea llegó de imprevisto, durante la temporada de Halloween, Alejandra y su esposo notaron que sus vecinos adornaron sus hogares con diferentes temáticas, pero un elemento en específico llamó su atención. “Vimos un foco con luces que giraba, le dije a mi esposo que se vería genial con los perros, entonces decidimos comprarlo nada más para ver cómo se veía”, contó Ordoñez.

Una vez compraron el foco, lo instalaron y no le dieron más importancia, hasta varios días después, cuando como por arte del destino, la pareja escuchaba música y realizaba sus labores diarias, cuando varios perros se acercaron al esposo de Alejandra y él a manera de broma comenzó a bailar con ellos.

En ese instante, la inspiración llegó a la cabeza de la pareja. “Entonces nos preguntamos: ¿Por qué no hacemos una ‘fiesta perrona’; bailamos con los animalitos, ponemos el foco y vemos si a la gente le gusta”, agregó Alejandra.

Y así fue, la pareja realizó su primera transmisión, aunque no tenían muchas esperanzas de que atrajera a mucha gente, los internautas mostraron su amor por los perros y la original idea. “De repente vimos que habían 1.000 personas ‘conectadas’, pronto aumentaron a 3.000 y 4.000″, mencionó Alejandra.

Poco a poco las “fiestas perronas” se convirtieron en un éxito en TikTok, pero también existía gente que no se mostraba contenta con la idea de la pareja. “Las primeras dos (transmisiones) las hicimos con ayuda de una bocina, pero habían personas que se preocupaba por el sonido; decían que el ruido podría lastimarles las orejas”, relató Alejandra.

La pareja investigó y llegó a la idea de adquirir una tarjeta de sonido, con la que desde entonces retransmiten el audio directo a la emisión en vivo, sin correr el riesgo de que los perros se molesten con la música y así “evitar malos comentarios de la gente”.

La labor de Ángeles con Patitas continúa

Alejandra espera que las personas
Alejandra espera que las personas comprendan la importancia de la vida de los animales y que adopten la cultura de la denuncia. (Cortesía/Alejandra Ordoñez Loyola)

Gracias a esta original idea, Alejandra pudo “quitarse la preocupación” de tener que buscar dinero en “algún rincón de la casa” para poder comprar un bulto de croquetas, ya que los perros necesitan un paquete de 25 kilos de alimento al día y cada uno tiene un costo de 510 pesos mexicanos.

“A veces decidíamos quién comía, si los perros o nosotros. Incluso llegamos a pensar que debíamos aprender a comer croquetas”, expresó Alejandra a manera de broma.

Ahora, el refugio cuenta con una reserva de entre cinco y seis bultos, que pueden ser repuestos constantemente. Además, gracias a las “fiestas perronas” un hombre oriundo de Xalapa que actualmente vive en Estados Unidos apoyó al albergue con la colocación de cinco metros cúbicos de grava en el patio delantero, para evitar así la acumulación de lodo que se forma tras las lluvias.

El éxito de las transmisiones, aunado con la calidad de vida que le otorga a los perros de su refugio hacen que Alejandra no se arrepienta de nada, a pesar de los momentos tristes o estresantes que puedan vivir.

Con su labor y presencia en redes sociales, Alejandra busca fomentar la cultura de la denuncia. “Muchas personas se vuelven complices porque ven que el vecino o hasta un familiar cercano maltrata a un animal pero por miedo no alza la voz”, aseguró Ordoñez.

A lo largo de sus diez años rescatando perros de situaciones de abandono, Alejandra se dio cuenta de que las personas pueden llegar a tener un lado muy cruel. “Hemos demeritado el valor que tienen los animales. Se debe tener respeto, es algo esencial”, concluyó Ordoñez.

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