¿Cómo saber si mi gato tiene frío? Los signos que muestran durante las bajas temperaturas

Las personas tienen la creencia de que los gatos son mascotas que aman el frío, pero esta afirmación está lejos de la realidad. Si bien la mayoría cuentan con una serie de adaptaciones que les permite sobrevivir con cierta comodidad, existen razas que son más sensibles a las bajas temperaturas.

Es por eso que los dueños deben hacerse la pregunta: ¿A partir de qué temperatura siente frío mi gato? e identificar los signos que nos dan los felinos.

Si las puntas de las orejas o si las almohadillas de sus patas están frías, son algunos de los signos más comunes que delatan si los gatos sufren por las bajas temperaturas.

Durante el otoño, la mayoría de los gatos reemplazan su pelaje de verano por uno más denso y grueso para hacer frente a las temperaturas que normalmente decaen durante esta época, de acuerdo con la agencia de noticias Europa Press (EP).

Las adaptaciones le permiten a los felinos soportar bajas temperaturas, pero no los hace inmunes, contrario a lo que se piensa normalmente. La temperatura interna normal de un gato es de entre 37.7 y 38.9 grados centígrados.

Una temperatura entre 35.5 y 37.7 es un signo de hipotermia leve, pero si baja hasta los 32°, los felinos estarían sufriendo un estado de hipotermia severa que los pone en peligro de muerte y será necesaria la intervención inmediata de un especialista en medicina veterinaria.

El cuerpo de los gatos se adapta al frío extremo: su ritmo cardiaco disminuye y provoca la ralentización del flujo sanguíneo en las extremidades, por lo que tocarle las puntas de las orejas o las almohadillas de sus patas será una buena forma de confirmar si tiene frío. Un felino semi hipotérmico comenzará a temblar y a buscar fuentes de calor dentro de su casa.

Expertos recomiendan ofrecer a las mascotas espacios donde puedan refugiarse de las probables ráfagas de viento que podrían disminuir la temperatura de los gatos e incluso ocasionarles la muerte.

También existen dueños que permiten que sus gatos salgan al exterior, donde las temperaturas tienden a ser más bajas, sin embargo, uno de los principales problemas para las mascotas es la nieve.

Las almohadillas de las patas son muy sensibles a la nieve, por lo que al lamérselas, los gatos pueden sufrir de problemas gástricos y rinitis.

Existen razas de gatos que gracias a múltiples adaptaciones son capaces de soportar mejor el frío que otros miembros de su especie.

Los gatos que mejor soportan el frío según EP son el nebelung, una raza rara de pelaje denso y carácter apacible. Están relacionados con los ampliamente conocidos azules rusos, pero con el pelo más largo y sedoso.

Se caracterizan por tener un cuello y cuerpo largos y elegantes, ojos ligeramente ovalados de color verde y el algunas ocasiones amarillento, mientras que sus orejas grandes y puntiagudas se encuentran sobre una cabeza de forma afilada que asemeja a una cuña.

El pelaje de su cola es más largo que el del cuerpo y tienen mechones detrás de las orejas y entre los dedos de los pies. Su expectativa de vida ronda los 16 años.

Otra raza que soporta el frío gracias a sus múltiples adaptaciones genéticas es el siberiano, nativo de la zona oriental de Rusia.

El gato siberiano tiene pelo corto al nacer, luego de los tres meses de edad, desarrolla un abundante abrigo largo con características líneas oscuras y colores que van del café al gris oscuro.

Son conocidos por ser amigables, juguetones y sumamente inteligentes, sin embargo, las hembras han presentado actitudes huidizas, especialmente durante épocas de celo.

Contrario a todas estas razas, el gato que menos soporta el frío, por obvias razones, es el sphynx, o esfinge, una raza originaria de Canadá cuya característica principal es la ausencia de pelo y aspecto delgado y esbelto.

Con información de Europa Press