El tiranosaurio rex (Tyrannosaurus rex) es una especie perteneciente al género de los tiranosaurios. Sus miembros habitaron la tierra en lo que hoy es el oeste de América del Norte en lo que entonces era un continente insular conocido como Laramidia.
Caracterizado por un esqueleto robusto y poderosas mandíbulas capaces de aplastar los huesos, fue el carnívoro dominante a finales del Maastrichtiano en el oeste de América del Norte y es considerado el depredador terrestre más grande de su época y quizás de todos los tiempos.
Es por eso que el hallazgo de un holotipo que posteriormente llevó a la descripción de una nueva especie que podría ser considerada como “el pariente más cercano suyo” representa un enorme logro para la comunidad científica.
Un descubrimiento sin precedentes
Sebastián Dalman, investigador del Museo de Ciencia e Historia Natural de Nuevo México, en Estados Unidos, en conjunto con un grupo de científicos, identificaron a la nueva especie, que fue nombrada como Tyrannosaurus mcraeensis, examinando un cráneo parcial fosilizado que descubrieron en la formación Hall Lake del mismo estado.
El holotipo nombrado NMMNH P-3698 corresponde a un cráneo parcial que incluye el postorbitario y escamoso derecho, palatino izquierdo, fragmento maxilar superior y mandíbula inferior, que a su vez incluye múltiples restos dentales.
Los restos fósiles de T. mcraeensis originalmente fueron asignados al T. rex, ya que son comparables en tamaño con el enorme reptil que llegaba a medir hasta 12 metros de largo. Los autores del estudio proponen que pertenecen a una nueva especie debido a múltiples diferencias sutiles en la forma y las uniones entre los huesos del cráneo.
En el estudio, Dalman puntualiza que se desconocen los orígenes del linaje de Tyrannosaurus y que la variante de T. rex “apareció repentinamente” en el último Maastrichtiense y hasta hace poco no se habían reportado parientes cercanos en América del Norte.
Sus parientes más cercanos provienen de Mongolia. Dalman explica este patrón mediante una hipótesis que sugiere que los tiranosaurios se dispersaron en Asia a través de Beringia, un puente de tierra que conectaba el extremo oriental de Siberia con el oeste de Alaska.
Con base en la ubicación de los restos en relación con rocas y otros restos de dinosaurios que datan de hace entre 66 y 75 millones de años, los autores sugieren que esta especie recientemente descrita pudo vivir hace entre 71 y 71 millones de años antes que su pariente cercano: el T. rex.
T. mcraeensis, una especie “hermana” del T. rex
Análisis que realizaron miembros del equipo científico a las relaciones entre T. mcraeensis y otras especies de dinosaurios terópodos indican que esta especie recientemente descrita puede ser una especie “hermana” del T. rex, lo que a su vez la convierte en el pariente cercano más conocido suyo.
Los autores sugieren que el linaje de Tyranosaurus y Tyrannosaurini pudo originarse en el sur de Laramidia hace entre 100 y 66 millones de años.
También proponen que Tyrannosaurini pudo evolucionar a un tamaño corporal gigante hace aproximadamente 72 millones de años, junto con otros dinosaurios gigantes del sur del continente insular, como es el ejemplo de los ceratopsianos, hadrosaurios y titanosaurios.
Los científicos especulan también que la evolución de los tiranosaurios gigantes pudo ser impulsada por los enormes tamaños de los gigantes herbívoros de los que se alimentaban en el sur de Laramidia.
Plantearon también la hipótesis de que los cambios en el nivel del mar impulsan la diversificación de los tiranosaurios, y entre los mamíferos, se encontró que la superficie terrestre está asociada con la masa corporal de los principales carnívoros y herbívoros y que la evolución de esta especie “parece preceder” a la regresión marina del final del Mastrichtiano en varios millones de años.
Con información de Europa Press