El Club América se clasificó a la gran final del Apertura 2023 en la que se enfrentará a Tigres UANL con el campeonato. Durante este partido seguramente se podrá ver a Celeste sobrevolar el Estadio Azteca en su acto de medio tiempo, mientras el equipo al que representa buscará su estrella número 14.
La mascota de los azulcremas es educada, tiene 30 años y su canto retumba entre las paredes del Coloso de Santa Úrsula antes de “cazar” el balón que su adiestrador coloca en el centro del campo.
Ella le hace honor a uno de los versos del himno del club: “Hoy mira el águila que llega majestuosa y audaz” y con el paso de los años se convirtió en un emblema muy importante de la institución. De acuerdo con información de la administración del Estadio Azteca, el primer vuelo que realizó Celeste fue el 7 de junio de 2000 y desde entonces los espectadores se deleitan con su vuelo.
El emblema del americanismo
El águila real es americanista de garras a cabeza, en su casco tiene el escudo del club. Celeste mide alrededor de dos metros y sus extensas alas representan la grandeza del club más grande del fútbol mexicano.
Omar Álvarez, entrenador de Celeste, explicó en entrevista para el periódico ESTO que el equipo adoptó el mote de “águilas” en septiembre de 1982 y que el nombre encajó a la perfección, puesto que este animal representa al América por su grandeza, la fortaleza, su majestuosidad, entre otras cosas.
“El águila real es un ave tan poderosa, tan dominante. Es un animal silvestre finalmente, aunque son criados en cautiverio, pero si uno no tiene el cuidado que se le tiene al ser rapaces pueden suceder accidentes”, comentó Álvarez en entrevista para el canal de YouTube del Club América.
Celeste fue entrenada hace 23 años, casi al mismo tiempo que su debut en el Coloso de Santa Úrsula. La primera aparición del ave rapaz fue en un partido de la Copa Libertadores en el año 2000 y al ser un torneo internacional se paró arriba de un nopal para hacer referencia al símbolo nacional mexicano.
El entrenador del águila explicó que comenzó a entrenar al animal después de los partidos del Necaxa, cuando los hidrorayos jugaban del local en el estadio, para que se acostumbrara a las instalaciones, al ruido y a las personas que acudían a los partidos.
“El águila la entrenó para que ella agarre el balón, ella lo ve como una presa, como un señuelo. Al balón le pongo un pedazo de carne, ella come conejo que es lo come normalmente en su hábitat natural y ella lo ve como un señuelo, por eso ella lo agarra como una presa”, explicó.
Dos águilas majestuosas y audaces
Las águilas como Celeste pueden alcanzar una vida de 55 a 60 años, es la mejor amiga de Omar Álvarez y en los últimos años se sumó Zeus un ejemplar macho que forma parte de un programa de preservación de esta especie.
El entrenador de las aves explicó que las águilas reales se encuentran en peligro de extinción y el compromiso que tiene el club con esta especie es muy grande, por este motivo decidieron sumar a Zeus al equipo.
Celeste vive en las instalaciones del América, recibe alimento una vez al día y es entrenada en las canchas de Coapa. Cuando el equipo juega de local el ave es trasladada al estadio en una camioneta antes del medio tiempo y al finalizar su acto regresa a su nido.