El inquebrantable vínculo de Binx y Salem y su historia de apoyo mutuo

Binx nació con síndrome de nadador, una condición que le impedía pararse sobre cuatro extremidades y lo obligaba a tomar varias sesiones de terapia al día. Salem se convirtió en un apoyo incondicional en todas ellas

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El refugio que acogió a
El refugio que acogió a Binx y Salem quería encontrarle un hogar a ambos para no romper su vínculo. (Instagram/babykittenrescue)

A finales de septiembre un hombre escuchó los incesantes maullidos de ayuda de un par de gatos. Al acercarse a la fuente del sonido, se percató de que se trataba de dos mininos que se encontraban en muy mal estado. El buen samaritano metió a los animales dentro de una caja de cartón y llamó a Baby Kitten Rescue (BKR).

Voluntarios del refugio de Los Ángeles, en Estados Unidos, acudieron al lugar y vieron que los gatos estaban completamente infestados de pulgas, desnutridos y sufrían una infección en las vías respiratorias superiores. Jessica, una de las rescatistas, se encargó del par de felinos, les dio un baño y los alimentó para que pudieran recobrar algo de fuerza.

Las atenciones de BKR ayudaron a Binx y a Salem a sentirse mejor, el dúo felino se recuperó del resfriado que padecían y empezaron a moverse por todo el refugio una vez aumentó su energía.

Ver que los gatos empezaban a curiosear y a recorrer lentamente el área donde vivían temporalmente llenó de alegría a sus cuidadores, sin embargo, Jessica, una de las personas a cargo de los mininos, notó algo extraño en las patas de Binx.

Salem, el apoyo incondicional de Binx

Binx nació con síndrome de
Binx nació con síndrome de nadador y tuvo que recibir varias sesiones diarias de fisioterapia. (Instagram/babykittenrescue)

La mejoría de los gatos era notable, pero durante una sesión de juego, Jessica se percató de que las patas traseras de Binx estaban extendidas, según relata al blog Love Meow.

Binx nació con síndrome de nadador que, de acuerdo con Animal’s Health, es una condición reversible benigna que provoca que los animales afectados nazcan con extremidades abducidas lateralmente y causa que no puedan ponerse en pie ni caminar sobre sus cuatro extremidades sin ayuda.

Según Jessica, las piernas de Binx se podían corregir usando un poco de cinta adhesiva para mantenerlas juntas y con varias sesiones de fisioterapia al día. La cuidadora del dúo felino admitió que al inicio fue algo difícil, pero que con el tiempo aprendieron a salir adelante.

Además de la ayuda de Jessica, el gato recibió el apoyo incondicional de su hermana Salem. Quien constantemente frotaba su cuerpo contra el de Binx durante las sesiones destinadas a fortalecer sus piernas, caderas y abdomen.

Jessica relata que Salem insistió en todo momento para estar cerca de su hermano y permaneció a su lado durante todo el proceso de rehabilitación fisiológica. La terapia duró un par de semanas y corrigió por completo el síndrome de nadador de Binx, quien ahora es capaz de correr, saltar, escalar y jugar como cualquier otro gato.

Binx y Salem estarán juntos por siempre

Salem y Binx fueron adoptados
Salem y Binx fueron adoptados por una pareja que recientemente acababa de perder a sus gatos de 20 y 23 años. (Instagram/babykittenrescue)

Cuando el refugio se aseguró de que los gatos habían completado con éxito su desarrollo, los enviaron con Jayne, una voluntaria que le ofreció un hogar de acogida a los felinos mientras encontraban una familia que les pudiera proporcionar una casa permanente.

Jayne notó que los hermanos habían desarrollado un vínculo sumamente fuerte y que “uno no llegaría muy lejos sin el otro”, pues se enseñaron mutuamente a hacer todo lo que normalmente hace un gato. El refugio no quería separarlos, por lo que encontrar un dueño responsable que estuviera dispuesto a adoptar a ambos se convirtió en una prioridad.

Luego de un corto tiempo de espera, los hermanos encontraron a una pareja que estaba dispuesta a llevarse a ambos mininos. La familia había perdido recientemente a sus amados gatos de 20 y 23 años. Pero una vez lidiaron con la idea de tener que separarse de sus antiguos compañeros de vida, solicitaron al refugio la adopción de Salem y Binx.

Los gatos, ahora llamados Juni y Olly, se adaptaron rápidamente a su nuevo hogar y continúan haciendo todo juntos, duermen acurrucados en la misma cama sin importar que tengan más lugares disponibles, corretean por la casa y hacen todo tipo de travesuras.

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