Freddie Mercury marcó la historia de la música, por su virtuosa voz y gran puesta en escena, el artista creó una fuerte conexión con sus fanáticos, sin embargo, había un grupo de 10 gatos que se ganó su corazón. La leyenda consideró a estos animales como parte de su familia y siempre que estaba de viaje llamaba a su casa “para platicar un rato con ellos”.
Dorothy, Tiffany, Tom, Jerry, Delilah, Goliath, Lily, Miko, Oscar y Romeo fueron algunos de los compañeros que tuvo Mercury. El cantante tenía un gran amor por ellos que a muchos los adoptó de refugios u hospitales de animales para básicamente darles una vida digna.
Peter Freestone, asistente de Freddie Mercury, explicó en entrevista para el periódico estadounidense The Washington Post que el artista fue el amigo más amable, generoso y leal que cualquiera podría tener, por este motivo no era extraño que procurara tanto a sus compañeros peludos.
El amor por los gatos
De acuerdo con información del diario británico, The Telegraph, Mercury compartió el amor que tiene por sus mascotas en el videoclip de These are the Days of our Livers de Queen. El líder de la histórica banda de rock portó un alegre chaleco que estaba cubierto con las caras de sus mascotas.
Mientras que la banda estaba de gira, los gatos se quedaban a vivir en la mansión de su dueño en Londres. A pesar de que el intérprete de Bohemian Rhapsody tenía múltiples propiedades a su nombre, dicha casa se convirtió en el hogar favorito de los gatos.
Se dice que el amor que tenía Mercury por estos animales surgió en 1970 cuando le compró un par de gatos (Tom y Jerry) a su ex pareja Mary Austin. Freestone explicó que cuando el artista estaba de lejos llamaba a cada momento a su “esposa de hecho” para saber como estaban sus pequeñas criaturas.
“Llegaba a un hotel, llamábamos por teléfono y realmente hablaba con sus adorables gatos. Mary acercaba a Tom y Jerry al receptor para que escucharán a Freddie hablar. Esto continuó a lo largo de los años con los sucesivos felinos ocupantes de sus casas”, escribió Freestone en las memorias que escribió de su amigo.
Las obras dedicadas a los gatos
Jim Hutton, quien fue socio del cantante durante siete años, escribió en sus memorias que Freddie Mercury trataba a los gatos como si fueran sus propios hijos. De acuerdo con información de la revista Rolling Stone, una de las últimas acciones que tuvo el artista fue acariciar el pelaje de Delilah antes de morir.
El álbum en solitario “Mr. Bad Guy” está dedicado principalmente a su gato Jerry y sirvió como una carta para todos los amantes de los gatos en todo el universo. Otra de las obras que dedicó a sus mascotas fue “Delilah”, esta canción en específico estaba dedicada para su gata con el mismo nombre.
Freestone explicó que la canción describe a la perfección a la felina, pues ella se apoderó de la casa, hacía lo que ella quería y realmente era todo un personaje. “Delilah era un poco divertida y un poco intimidante con los demás, pero siempre era la primera que se acostaba en su regazo”, comentó.
Freddie Mercury en su testamento dejó todas sus riquezas y propiedades a Mary Austin y a los gatos. Sus mascotas fueron los herederos de una fortuna. Romeo, el felino más violento, obtuvo una casa para él solo, mientras que el resto siguieron viviendo en la mansión de Londres.