Annie una gata de pelaje color negro y con un raro trastorno convulsivo encontró un nuevo hogar después de permanecer en un refugio de Nueva York por más de dos años. La cariñosa felina superó varios obstáculos para encontrar su hogar ideal y a pesar de su padecimiento una persona se interesó en ella y en su historia.
La Asociación Protectora de Animales (SPCA, por sus siglas en inglés) del condado de Dutchess en Nueva York, Estados Unidos, explicó en una publicación en su cuenta de Facebook que la felina había llegado a sus instalaciones después de que su anterior dueño no podía hacerse cargo de ella porque padecía demencia.
Annie estuvo en el refugio desde junio de 2021 hasta septiembre del presente año. En las primeras semanas de haber llegado los colaboradores del refugio se percataron de que el animal tenía problemas de salud.
Trabajar por el bienestar de Annie
Después de ocho meses de estudios y observaciones, el equipo médico diagnosticó que Annie tenía hiperestesia felina, un raro trastorno que provoca convulsiones en algunos gatos. El animal podía estar bien durante un momento y al siguiente se daba la vuelta y se mordía la cola hasta dañarse.
“Nos tomó algo de tiempo aprender cuál era el problema y cómo tratarlo. Sabíamos que no había sido bien atendido debido a la enfermedad de su dueño”, comentó Lynne Meloccaro, directora ejecutiva de SPCA en Dutchess en entrevista para la revista People.
Meloccaro compartió que cuando la felina llegó tenía su cola muy maltratada y que durante sus convulsiones no podían tocarla, ni consolarla, puesto que su comportamiento agitado no lo puede controlar. “Es desgarrador porque estaba claramente aterrorizada cuando ocurren estos ataques”, explicó la directora del refugio sobre lo difícil que es presenciar este tipo de episodios.
El animal recibe medicamentos anticonvulsivos que la han ayudado demasiado durante este tiempo. El tratamiento es de por vida, por este motivo varias personas prefirieron no seguir con el proceso de adopción.
“Las personas se preguntan: ‘¿por qué debería considerar una gata como Annie cuando hay otros gatos disponibles sin ningún problema’. Es por eso que muchos refugios ni siquiera dejarían que Annie se quedara tanto tiempo con ellos”, comentó Lynne Meloccaro sobre el rechazo que reciben los animales con este tipo de padecimientos.
Renee, una persona que tiene epilepsia y maneja su propia condición de salud, empatizó con la historia de la gata y decidió adoptarla, puesto que consideró que la condición de salud no define al ser vivo y que es capaz de darle una vida plena a su próxima mascota.
Aceptar a Annie sin pensarlo
La gata obtuvo un nuevo nombre una vez que llegó a casa de Renee y ahora se llama Tapenade. En estos últimos días, la felina está aprendiendo a adaptarse a su nuevo estilo de vida y aunque se ha mostrado un poco tímida su dueña espera que se ponga cómoda lo más pronto posible.
“Las convulsiones focales son una parte de mi vida cotidiana, así que cuando escuché que Tapenade tuvo que sufrir eso fue desgarrador”, compartió la propietaria del animal sobre lo que sintió cuando conoció la historia de mascota.
Renee explicó que si este tipo de situaciones es muy difícil para una persona, no quiere imaginarse lo que vive un ser sintiente como su nueva mascota, así que por ello se comprometió a que su compañera de vida no tenga que volver a sufrir por su padecimiento.