El pez sierra es un animal que históricamente cautivó a las personas por su largo rostro y aplanado cuerpo, esta apariencia descomunal hacía creer a los mexicas que esta especie provenía de otro mundo. Los especímenes fueron venerados en tiempos remotos y han formado parte de diferentes rituales religiosos.
De acuerdo con información de la revista Arqueología Mexicana, en las últimas temporadas de excavación en el Templo Mayor se descubrieron restos de tiburón sierra en el lugar, esta situación dio a lugar para la teoría de que los antepasados utilizaban a estos animales como ofrenda para los dioses.
En las ofrendas donde estaban presentes estos animales marinos, sus cuerpos rodeaban al monolito de Tlaltecuhtli, diosa de la guerra. Aunque se desconoce si los tiburones sierra eran presentados vivos o muertos, los primeros hallazgos de esta especie en el recinto dio paso a una investigación sobre el uso de este animal y su importancia en la cultura que se asentó en Tenochtitlán.
La presencia del pez sierra
Estos animales pertenecen a una subclase de los elasmobranquios, existen cinco especies diferentes de pez sierra a nivel mundial y su presencia en el mundo es prehistórica, pues existen datos que indican que habitan en el planeta desde hace 60 millones de años.
Leonardo López Luján, director del Proyecto Templo Mayor, comentó en entrevista para la revista National Geographic que los hallazgos del pez sierra en el lugar son una muestra del gran imperio que gobernaba desde la ciudad de Tenochtitlán, ya que lograban conseguir especies de casi todos los rincones de la región a través de su sistema tributario.
Las ofrendas en donde fueron encontrados los restos de estos animales son conocidos como cosmogramas, es decir, una representación en miniatura del universo. El pez sierra era la representación de un monstruo marino de la mitología mexica conocido como Cipactli, una criatura marina mitad cocodrilo, mitad pez.
Según NatGeo, los sacerdotes disponían de diferentes elementos para rendir culto a las deidades mexicas, los Pristis pristis eran considerados como la representación de la corteza terrestre. Otros animales como el jaguar, la tortuga o el cocodrilo también podrían ocupar el lugar de los peces sierra.
El biólogo Ramón Bonfil inició el Proyecto Pristis México con la intención de descubrir si existen peces sierra en territorio nacional. En 2015 se emprendió una campaña para buscar ejemplares en el país, no obstante, el resultado fue desalentador; dos años después un espécimen emergió del agua y actualmente reside en el Acuario de Veracruz.
Una especie en peligro de extinción
De acuerdo con información de la organización Océanos Viviente las dos especies de tiburones sierra que se encuentran en territorio nacional (Pristis pectinata y Pristis pristis) se encuentran en grave peligro de extinción.
“Son muy pocos los peces sierra que quedan en el país y deben estar escondidos para protegerse, por lo cual se hace urgente encontrarlos y proteger adecuadamente dichos hábitats”, explicó la organización en su post del Proyecto Pristis México en su página web.
El descubrimiento de los vestigios de tiburón sierra en el Templo Mayor permite ahondar en el estudio de la cosmovisión de los mexicas, así como del conocimiento biológico de los peces, pues la información que existe sobre la especie aún es limitada.