La inesperada amistad de una urraca y un perro: la historia de Peggy y Molly

El ave y la canina se convirtieron en amigos inseparables y todas sus aventuras son compartidas por sus dueños en su cuenta de Instagram

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Peggy es la perra de la izquierda, Molly la urraca que está en medio (Instagram Peggyandmolly)
Peggy es la perra de la izquierda, Molly la urraca que está en medio (Instagram Peggyandmolly)

Peggy había salido a su tradicional paseo por el parque en Queensland, Australia. Ya se había asentado en el verano en el país así que era demasiado común ver aves por todos lados. En su trayecto sus dueños y el bull staffordshire se encontraron una urraca en el suelo que necesitaba ayuda.

Wells y Mortensen, tutores de la canina, decidieron acercarse al ave y se dieron cuenta que no estaba bien. El hombre se agachó para agarrar al pájaro y se lo llevó consigo a su casa, durante varias semanas visitaron centros de rehabilitación de vida silvestre para que la urraca fuera atendida de sus heridas.

El plan inicial era esperar que estuviera completamente sana para después liberarla en la naturaleza, sin embargo, el ave y la perra tenían otros planes, pues se convirtieron en grandes amigas. Wells y Mortensen dieron una entrevista para el blog The Dog People y explicaron que la relación entre los dos animales les sorprendió demasiado.

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La intención de ayudar

Peggy tuvo un embarazo fantasma y adoptó a Molly como su hijo (Instagram Peggyandmolly)
Peggy tuvo un embarazo fantasma y adoptó a Molly como su hijo (Instagram Peggyandmolly)

Los tutores de la bull staffordshire relataron que su mascota tomó el papel de “mamá” de la urraca desde el primer día que la llevaron a casa. “Creo que Peggy se dio cuenta de que era importante mantener viva a esta pequeña ave. Al principio le tenía mucho miedo a Molly (la ave), pero luego vio la forma en la que la tratábamos y la cuidábamos”, contó Wells sobre cómo recibió la canina al animal silvestre.

Hubo un momento en el que la canina comenzó a producir leche después de que el ave estuvo tres semanas en el veterinario. Peggy había tenido un embarazo fantasma, pues creía que la urraca era su cría, Molly al ver esta situación aceptó ser amamantada por la canina.

“Terminamos llevando a Peggy al veterinario y simplemente nos dijeron: ‘Mira no hay nada que puedas hacer. Está teniendo un embarazo fantasma porque cree que este pequeño es suyo”, explicaron los veterinarios sobre el cambio de comportamiento que tuvo la canina.

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Tiempo después se percataron que la urraca era macho y que la relación que formaron era de madre-hijo. A medida de que ambos fueron creciendo se volvieron más cercanos, ambos comenzaron a jugar, caminar y comer juntos.

Las fotos y videos de las aventuras Peggy y Molly son compartidas por sus dueños en una cuenta de Instagram y recientemente se sumó un nuevo integrante a la familia que abrió su corazón para aceptar a la urraca y la canina.

Observar el paso del tiempo juntos

La urraca convive con los perros normalmente aunque luego sale de casa por varios días (Instagram Peggyandmolly)
La urraca convive con los perros normalmente aunque luego sale de casa por varios días (Instagram Peggyandmolly)

Peggy y Molly mantienen su relación de grandes amigas, aunque los años han comenzado a influir en su personalidad. Wells explicó que antes jugaban mucho tiempo y se comportan como si fueran dos niños pequeños, pero ahora ya son un poco más maduros que les gusta pasar el tiempo juntos observando lo que pasa a su alrededor.

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La familia australiana permite que el ave ande libremente por la zona, en ocasiones sale varios días y regresa a casa, no obstante esta situación genera una situación de ansiedad en la bull terrier. “Peggy siempre se angustia un poco si han pasado más de dos días desde que Molly está fuera”, compartió el dueño de los animales.

Wells compartió que hace un año se sumó un cachorro de la misma raza que Peggy, y aunque la pareja original es mayor que este can, se llevan bastante bien.

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