El perro Copón recorrió las calles de Valparaíso, Chile, con una pata quebrada después de que fue atropellado, una mirada triste y desolada marcaba su rostro mientras buscaba una mano que lo ayudara a curar sus heridas. Sin embargo, los transeúntes lo ignoraron como a cualquier perro callejero, pero todo cambió cuando encontró una luz de esperanza en una estación de bomberos.
Los integrantes de la Quinta Compañía de Bomberos de Valparaíso encontraron al perro a inicios de 2017, justo cuando se dirigían a combatir los incendios forestales que se registraron al sur del país; le dieron comida, bebida y lo llevaron al veterinario para curar sus heridas, desde ese momento se convirtió en su compañero de vida.
Cada 27 de julio se celebra el Día Internacional del Perro Callejero, festividad que tiene como objetivo concientizar a la población sobre la problemática del abandono y lo difícil que es la vida de estos seres. Copón es un ejemplo de que los animales rescatados pueden cambiar la vida de toda una comunidad con el simple hecho de existir.
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Un llamado de emergencia
Francisco Sierra, administrador de las cuentas de redes sociales del perro, relató en entrevista para Infobae que Copón llegó en el momento justo cuando los bomberos en turno se estaban preparando para una emergencia y desde ese momento lo acogieron como un “bombero”.
“Le pusimos Copón por el copo de nieve, ya que es blanco y dentro de los bomberos hay un instrumento que se llama de esa manera y es una copa gigante, entonces de esa forma lo enlazamos”, comentó Sierra sobre el origen del nombre.
Como cualquier perro que es rescatado de las calles, la adaptación que tuvo con su nueva familia fue difícil, Sierra recordó que tanto ellos como la mascota se tuvieron que adaptar, pues a veces era muy difícil pasar el tiempo juntos.
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El departamento de bomberos tiene varias personas y se tardó algunos días para conocer a cada uno de los integrantes. “Fue un poco difícil porque somos muchos, entonces desconocía a algunos, les ladraba e incluso llegó a lanzar una que otra mordida”, compartió sobre las primeras semanas de convivencia.
Francisco Sierra explicó que Copón es muy dócil y que ha aprendido a hacer las cosas por sí solo, entre semana sale a pasear por la esquina de la cuadra donde hay varios carritos de comida y los estudiantes que se llega a encontrar por la calle le dan alimento.
El impacto de Copón
Al perro de siete años le gusta comer, estar acompañado por los bomberos y jugar todo el tiempo. Cuando llegó a la compañía ya tenía algunos años y estaba muy flaco, pero con las atenciones que recibió por parte de los bomberos logró recuperarse y ser uno de los miembros más activos.
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“Ha tenido un gran impacto en la comunidad, a la gente de aquí le comenzó a interesar el tema (adoptar perros abandonados), han venido a visitarlo, juegan con él, recibe acompañamiento y es muy agradable con las personas”, describió Sierra sobre el comportamiento que tiene Copón con las personas que integran la comunidad.
El administrador de las cuentas del canino consideró que su historia llamó mucho la atención porque no es común que los bomberos tengan perros callejeros, pues generalmente los caninos que llegan a tener entre sus filas son animales entrenados para el rescate de personas.
La primera vez que se conoció sobre la existencia del perro fue cuando una persona grabó a unos bomberos que caminaban por la calle y a lado de ellos estaba él como fiel compañero. Desde ese momento la fama del canino creció como la espuma y se convirtió en uno de los integrantes más reconocidos del departamento de bomberos chilenos.