En una granja abandonada en tierra de nadie entre Francia y Alemania residía un cachorro de pastor alemán que estaba demacrado, con varios días encima sin probar bocado y, posiblemente, con las horas contadas. Mientras el canino lloraba, dos pilotos que fueron enviados a una misión de reconocimiento cayeron desde los aires.
Václav Robert Bozdech y Pierre Duval habían sido derribados por las fuerzas alemanas en la Segunda Guerra Mundial, lograron sobrevivir a la dura caída, pero el tiempo estaba en su contra, pues estaban siendo buscados por los nazis.
Ese primer contacto no fue de importancia para los soldados, pero sí para el can que sintió el calor de las personas después de mucho tiempo. El animal no tenía la intención de alejarse de ellos y, sin saber su destino, se convertiría en Antis, el perro que tocó los cielos.
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El perro que se aferró a la vida
De acuerdo con información del portal Aviation Outlet, los pilotos entraron a la casa de la granja, donde se encontraron al cachorro y le ofrecieron un pedazo de chocolate; su primera intención era recuperarse de la caída y huir hacia la frontera francesa, sin nada encima para aligerar el camino.
Al caer la noche se percataron que los alemanes habían dado con su ubicación, ellos salieron despavoridos del lugar y entre las prisas antis perro aviador segunda guerra mundial pastor alemán perros animales dejó un plato con agua y chocolate para que Antis comiera; sin embargo, no contaron con que el animal lloraría porque sería abandonado una vez más.
Los aullidos iban a provocar que los soldados alemanes los descubrieran, así que decidieron que el aviador checo regresaría a la casa y mataría al animal. El perro empujaba la puerta al escuchar los pasos de Bozdech, con alegría lo recibió y en ese momento el soldado se dio cuenta que no podía asesinarlo, así que se lo llevó con él.
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Los tres se ocultaron entre los árboles, las horas se hicieron eternas, los pilotos sentían la tensión en el aire, pero su suerte cambió cuando fueron encontrados por un grupo de soldados franceses que fueron enviados a buscarlos.
Su enrolamiento oficial
El 10 de mayo de 1940, Antis sería integrado de manera oficial a las Fuerzas Aéreas de Francia. Durante un partido de futbol, el perro comenzó a ponerse tenso y gruñía hacia el horizonte, avisando que un grupo de aviones alemanes se acercaba al lugar.
Su valiente acción le valió para convertirse en un integrante del ejército francés, el ruido de los aviones y de las bombas no pareció alterarlo. Incluso se comportaba arriba de los aviones y dejaba a Bozdech maniobrar con toda libertad, todo estaba dictado, Antis era un perro que nació para estar en los cielos.
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El canino pasó casi todo el resto de la guerra junto con el aviador checo. Después de que Francia se rindió ante Alemania, el perro siguió con su amigo hasta el ejército británico. Ayudó a la búsqueda de sobrevivientes, participó en alrededor de 30 misiones y se convirtió en la mascota del Escuadrón 311 de las Fuerzas Reales Británicas.
La vida después de la guerra
Antis fue un gran compañero, notificó la presencia de enemigos y aportó su huella de ayuda en la derrota del ejército alemán. Su valor dentro del campo de batalla le valió ganarse el reconocimiento del ejército y de People’s Dispensary for Sick Animals (PDSA), organización benéfica del Reino Unido, que le otorgó la Medalla Dickin, considerada como la “Cruz Victoria de los animales”.
“Antis ayudó a su dueño a escapar de situaciones peligrosas y mostró una increíble lealtad y coraje en el deber”, recordó la PDSA en sus redes sociales en el aniversario de la entrega del reconocimiento.
Cuando culminó la Segunda Guerra Mundial, Bozdech se convirtió en ciudadano británico y estuvo junto con Antis por el resto de su vida. El canino falleció el 11 de agosto de 1953 y fue enterrado en el cementerio de animales de Ilford en Londres.