Cualquier animal doméstico con instinto de supervivencia se alejaría en cuanto ve a un chita rondando su espacio, pues es una especie conocida por ser un gran cazador; pero esto pareció el menor de los problemas para Kago, un retriever amarillo que se convirtió en el mejor amigo de Kumbali, el guepardo del zoológico de Richmond.
Kago y Kumbali formaron una amistad que iría en contra de todo pronóstico. El perro y el felino se conocieron cuando eran cachorros y desde ese momento se convirtieron en incondicionales.
Trabajadores del Metro Richmond Zoo, en Virginia, Estados Unidos, explicaron al periódico británico The Mirror que los dos animales se llevan muy bien y pareciera que desconocen que son de diferente especie, tamaño y color. “Sólo hay aceptación”, comentó uno de los portavoces del lugar.
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La amistad que conquistó los corazones
El guepardo y el perro fueron presentados en julio de 2015 cuando tenían dos meses de edad y desde ese momento han sido inseparables: viven en el mismo recinto, pasan sus días jugando, comen y descansan juntos, además de que los trabajadores del zoológico les festejan su cumpleaños el mismo día.
“Esta amistad única ha logrado conquistar los corazones de millones de personas que nos visitan”, comentó el portavoz sobre lo importante que es esta relación. “Kumbali y Kago están muy bien y los pueden visitar aquí en el zoológico”, aunó.
A ocho años de haber iniciado esta amistad, el perro y el guepardo mantienen un fuerte vínculo, los cuidadores aseguraron que Kago es quien lleva las riendas de la relación, a pesar de que es casi de la mitad del tamaño de Kumbali. Quizá esto se deba a que el felino es el menor de su camada y desde que nació fue cuidado por los trabajadores del recinto para mejorar sus posibilidades de supervivencia.
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“Mientras sus hermanos continuaron aumentando de peso, él comenzó a perderlo. El personal, preocupado, descubrió rápidamente que su madre solo tenía dos de sus ocho pezones funcionando para tres cachorros”, describió el vocero del zoológico sobre los problemas que tuvo el guepardo durante sus primeros meses de vida.
Los cuidadores se enamoraron de la historia de Kumbali y decidieron apoyarlo en todo momento, sin embargo, se percataron que necesitaba de un compañero para pasar el rato con alguien más así que pensaron en Kago.
El rescate del retriever
El canino fue abandonado en las calles de Alabama y evitó la eutanasia gracias a la organización The Art of Paws, fue trasladado al estado de Virginia y en ese momento lo encontraron trabajadores del zoológico.
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“Inmediatamente nos enamoramos de él también. Sin embargo, la opinión de Kumbali sobre él era más importante que la nuestra”, comentó el vocero en un comunicado publicado por la administración del zoológico.
El destino de Kago era ser el compañero de Kumbali, al principio los presentaron lentamente y de forma gradual se convirtieron en grandes amigos. Ahora es común ver a los dos animales correr, saltar y lamerse uno al otro en uno de los corrales.
“Teniendo en cuenta que sus dietas son completamente diferentes, el tiempo de alimentación puede presentar un pequeño desafío. Se alimentan al mismo tiempo, pero son separados brevemente”, explicó la administración sobre el proceso que tienen estos dos animales.
El Zoológico Metro Richmond ha criado a 77 guepardos de 18 camadas diferentes desde hace 10 y su objetivo es continuar con esta labor. La administración explicó que criar a esta especie dentro de un zoológico representa un gran desafío, pues sólo una pequeña parte de la población se está reproduciendo.