Durante la Primera Guerra Mundial fue bastante común criar cerdos en los buques con la finalidad de suministrar carne fresca a la tripulación, no obstante, hubo un cerdo que fue abandonado por los alemanes y rescatado por la Marina Real después de la Batalla de las Islas Malvinas en 1914.
Tirpitz fue el cerdo que pasó de ser el último tripulante del SMS Dresden del ejército alemán a convertirse en la mascota de los marineros del HMS Glasgow. Los ingleses decidieron nombrarlo de esa manera por el almirante Alfred von Tirpitz y en broma le otorgaron la condecoración militar alemana “la Cruz de Hierro”, por permanecer hasta el final en el buque.
De acuerdo con información de The British Newspaper Archive (BNA), Tirpitz nadó hasta estar sano y salvo después de que se hundiera su buque. Cuando los ingleses se lanzaron al mar, el animal estaba tan asustado que por poco ahoga a uno de sus salvadores.
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La protección que recibió el cerdo
Al principio los tripulantes del HMS Glasgow consideraron que Terpitz era hembra y su primer nombre fue Dennis, pero con el paso del tiempo se percataron de que era macho y decidieron nombrarlo como Tirpitz. Después de sobrevivir al hundimiento de su buque fue adoptado por un teniente británico, quien realizó diferentes trámites para tenerlo como mascota.
LR Bradley del Imperial War Museum en Reino Unido explicó en un artículo para Daily Mirror que en el regreso del buque británico al país se suspendieron diferentes normas contra la peste porcina para que Tirpitz pudiera desembarcar. “El capitán del barco presentó un certificado que decía que Tirpitz no había estado en contacto con otros cerdos durante el año anterior a bordo del barco”, describió.
El primer destino del cerdo era la Escuela de Artillería de Whale Island, no obstante los altos mandos de la militarizada británica decidieron que el cerdo podría ayudar más a las fuerzas armadas usando su imagen y presencia en diferentes lugares para recaudar dinero para obras de caridad.
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Según Aberdeen Press and Journal, el cerdo fue vendido en beneficio de la Sociedad de la Cruz Roja y su nuevo dueño fue el duque de Portland. “Los señores Knight, Frank y Rutley ofrecieron las propiedades de Cheshire del conde Shrewsbury y Talbot”, se lee en el artículo “El famoso cerdo Tirpitz vendido”, que fue publicado el 13 de diciembre de 1917.
La gira de recaudación
El cerdo fue vendido en varias ocasiones, el dinero recaudado ayudó también al Fondo de Ayuda Agrícola de los Aliados y a la Cruz Roja de Ayr. Con los recursos obtenidos los agricultores de la región de Portland lograron restaurar sus tierras tras los estragos de la guerra.
En la Feria Patriótica de Nottingham de 1919, Tirpitz fue vendido por última vez por 505 libras y posteriormente falleció. El duque de Portland que lo había comprado en diferentes ocasiones pidió que le rellenaran la cabeza y fuera exhibido en el Museo Imperial de la Guerra.
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La historia del cerdo tomó revuelo en Reino Unido pues luchó contra el destino, sobrevivió a las hostiles aguas internacionales, recaudó 1.785 libras (más de 50.000 al cambio de hoy) y ayudó en gran medida a restaurar diferentes zonas del país que se vieron afectadas por la guerra.
“Este cerdo de Alemania, destinado a la olla, se encontró en el Pacífico Sur, mascota de un buque de guerra británico, propiedad de miembros de la aristocracia británica, antes de encontrar su lugar de descanso final en el Museo Imperial de la Guerra”, concluyó la BNA.