Nemo fue un pastor alemán que participó en la guerra de Vietnam bajo el cuidado de un joven aviador de segunda clase identificado como Bob Thorneburg; durante su labor en el ejército el perro sufrió una grave herida producto de una ráfaga de disparos que realizaron integrantes de un grupo insurgente vietnamita.
De acuerdo con información de la Supertienda de las Fuerzas Armadas (USAMM), Bob y Nemo fueron considerados como un gran ejemplo del vínculo que tienen los controladores con su perro, pues a pesar de estar solos en la emboscada fueron capaces de salir vivos del ataque.
El joven militar de 22 años y su canino estaban realizando un patrullaje en un cementerio cerca de la base aérea de las fuerzas armadas estadounidense cuando quedaron en medio del fuego enemigo. Ambos resistieron el embate y lograron matar a dos de los integrantes del grupo guerrillero Viet Cong para salir sanos y salvos.
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El ejemplo de la militarizada
Según DogTime, medio especializado en perros, Nemo recibió un disparo en uno de sus ojos y Throneburg fue impactadopor una bala en el hombro; tras sufrir estas lesiones no se desanimaron en ningún momento y siguieron en pie de guerra, el pastor alemán continuó atacando sin parar.
Mientras los integrantes del Viet Cong estaban distraídos con el canino, Bob logró pedir refuerzos. Tras la llamada de emergencia cayó inconsciente en el suelo y los militares que estaba en la base aérea de Tan Son Nhut llegaron de inmediato para contener el ataque.
Ante el ataque de más de 60 enemigos vietnamitas que se dispersaron por todo el terreno, Nemo cumplió una función importante: detectar dónde estaban los insurgentes. Eran las tres de la madrugada del 4 de diciembre de 1966, uno de los intrusos en la base aérea intentó huir pero fue alcanzado por los militares estadounidenses.
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Nemo se percató que su controlador estaba en el suelo y corrió hacia él para arrastrarlo a un lugar seguro, durante la acción y después de la batalla se quedó a su lado, no permitió que nadie lo tocara, ni siquiera los soldados aliados.
El retiro del perro heroico
Después de la batalla, el perro y su controlador fueron llevados a la carpa de enfermería, no obstante, el animal no se separó en ningún momento de su dueño y fue necesaria la intervención de un especialista para que los separaran.
“El perro no permitió que nadie tocara a su manejador caído; se necesitó de un veterinario para sacarlo”, explicó DogTime en su artículo sobre cinco perros de guerra que se volvieron famosos por su gran a labor en las fuerzas armadas.
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La USAMM describió que el canino llegó en muy mal estado y requirió injertos de piel y una traqueotomía para ayudarlo, su ojo tuvo que ser removido a causa del balazo que recibió. Después de este ataque Nemo fue retirado de las fuerzas armadas y su controlador fue enviado a Japón, donde se sometió a múltiples cirugías para recuperarse de sus lesiones.
Su valiente acción le valió a Nemo el convertirse en un ejemplo a seguir y el rostro del Cuerpo K-9; su historia se convirtió en una leyenda para todos los que trabajan con binomios en el ejército estadounidense.
De los miles de perros que fueron enviados a la Guerra de Vietnam, sólo 204 lograron regresar a casa, entre ellos el pastor alemán. Todos fueron recibidos como héroes, algunos fueron reasignados a otras tareas en tiempos de paz.