Una escultura grande de bronce fue develada en la capital de Noruega en honor a Freya, una morsa que fue sacrificada por las autoridades del país al considerar al animal como un peligro para los habitantes del lugar, situación que desencadenó una serie de debates entre especialistas en la materia, políticos y defensores de los derechos de los animales.
La estatua fue realizada del mismo tamaño que el animal y se colocó en la costa del puerto deportivo Kongen de Oslo, no muy lejos de donde Freya pasó los días descansando de su largo viaje que estaba realizando en ese momento. La morsa causó una gran sensación en habitantes del lugar, quienes se congregaron más de una vez para apreciar al mamífero.
Esta acción fue convocada por el ambientalista Erik Holm, que inició una campaña en internet donde recaudó alrededor de USD 25.000 para realizar el monumento en honor a la morsa. De acuerdo con información del periódico británico The Guardian, esto se realizó como una protesta por el manejo de la situación.
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El largo viaje de Freya
Holm comentó para dicho periódico que inició con la campaña de recaudación porque estaba furioso sobre las acciones que tomaron las autoridades locales y de la dirección de pesca ante esta situación, el ambientalista consideró que no pensaron en el bienestar de Freya y este caso invita a reflexionar sobre el trato que reciben los animales por parte de los humanos.
“Más allá del tema de Freya, debemos preguntarnos cómo tratamos a los animales y la naturaleza. Necesitamos pensar en nuestra relación con la vida silvestre”, comentó Erik Holm.
Durante su estancia en la capital noruega, Freya atrajo la atención de familias enteras que llevaban a sus pequeños para que se tomaran una foto con la morsa, si bien estos animales no reaccionan de manera violenta pueden atacar cuando sientan que su vida corre peligro.
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Las autoridades del lugar intentaron evitar en más de una ocasión que se juntaran las personas sólo para tomarle fotos a Freya, sin embargo, no lograron tener éxito, tras una serie de debates se tomó la decisión que lo mejor sería sacrificarla para evitar que la situación escalara.
De acuerdo con el diario británico, la morsa había sido vista anteriormente en Reino Unido, Países Bajos, Dinamarca y Suecia. En su momento los ambientalistas consideraron que el sacrificio fue una decisión precipitada en la que no se tomó en cuenta el bienestar del animal.
La postura de los políticos
El 14 de agosto de 2022 fue el día que Freya fue sacrificada en Noruega, la morsa que fue nombrada de esa manera en honor a la dios nórdica de la belleza y el amor tuvo este destino después de que se “realizó una evaluación general de la amenaza a la seguridad humana”, explicó la dirección de pesca de Noruega a través de un comunicado.
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Esto después de que algunas personas fueron captadas nadando con la morsa, otras le daban de comer y muchas veces estaba rodeada por una gran cantidad de humanos. De acuerdo con información de The Guardian, la dependencia en ese momento explicó que había una alta probabilidad de que un humano fuera atacado por la morsa y que no se estaba manteniendo el bienestar de los animales.
Las autoridades consideraron que sacrificar a Freya era la mejor decisión, puesto que no se ponía en peligro la supervivencia de la población de morsas, ya que había 30.000 especímenes en el Atlántico norte.