El misterioso caso del gato de Corea del Sur que siempre prefería la “comida para llevar”

Dongsook, un gato callejero de cuello blanco y rostro café claro, siempre ha preferidola “comida para llevar” que un plato lleno de croquetas que le dan sus vecinos y este comportamiento causó curiosidad en las personas, por lo que decidieron cuál es la misteriosa vida que tiene este felino.

El animal es muy amable con la gente, regularmente se oculta entre los coches mientras esperan conseguir algún tipo de comida y cuando se le acercan con las dos opciones prefiere agarrar la bolsa y caminar algunas cuadras como si fuera un gato repartidor de comida.

Una de las vecinas del lugar comentó para el canal de YouTube, Kritter Klub, que nunca había visto a un gato como ella, “se lleva la bolsa entera. Un día escuché un estruendo y vi a Dongsook trepando por la pared con una bolsa en la boca, estaba tan impresionada por la situación que desde ese momento decidí hacerle una lonchera diario”.

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Los vecinos del lugar siempre están al tanto de las acciones que realiza el felino callejero, comentan que siempre se ausenta de la zona una vez que le dan su bolsa de comida. Durante una de las “persecuciones” que hicieron las personas al felino, se dieron cuenta que también estaba siendo alimentado en una peluquería, donde todos los días le abren la puerta y le sirven un plato lleno de croquetas.

“Ella viene aquí todos los días a comer, así es como la conozco. Se va una vez que ha terminado su comida. Se va de inmediato”, explicó la dueña del local al canal YouTube especializado en historias de gatos.

Mientras la dueña de la peluquería lo estaba acariciando, se dieron cuenta que el felino tenía la panza hinchada, como si hubiera amamantado a unos cachorros. Esa misma noche fue a buscar su merienda nocturna, pero al darse cuenta que lo estaban siguiendo prefirió huir.

Los vecinos continuaron con la investigación, ahora en lugar de seguirlo de manera disimulada colocaron un dispositivo GPS dentro de la bolsa de croquetas, para saber cuál era el destino del Dongsook.

En un callejón a lado de unos departamentos, el felino llevó la bolsa de comida y esperó unos cuantos segundos, hasta que subió al balcón su cría de pocos meses de edad. Tras este breve seguimiento, los habitantes del vecindario coreano se dieron cuenta que realizaba todo este trayecto en la mañana y en la noche para alimentar a su cachorro.

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En entrevista para Kritter Klub, la peluquera comentó que Dongsook había dado a luz a cinco cachorros, sin embargo, con el paso del tiempo el grupo fue disminuyendo, desconoce si murieron o fueron adoptados por alguien que los vió en la calle. Hasta el momento, la mamá felina solo vive con uno de sus cachorros, al que alimenta todos los días.

Después de que descubrieron el lugar de “residencia” de los gatos, los dos desaparecieron de inmediato y se mudaron a otra zona donde tienen una cobija y unos platos, pero Dongsook continúa con su tradición de visitar la peluquería y a los vecinos que regularmente les dan sus croquetas.

A partir de ese momento, en la peluquería decidieron adaptar un espacio dentro del local para que pudieran vivir seguros los dos felinos, donde no les falte el alimento, no pasen frío en las noches y tengan todas las comodidades que necesitan para tener una vida plena.

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