La interacción de los dueños jóvenes con sus mascotas es un tema de investigación en el que diversos especialistas se han enfocado; un estudio reciente demostró que los jóvenes de entre 17 y 26 años han logrado sobrellevar de manera positiva el mal comportamiento de su perro.
Aunque la investigación estuvo enfocada solamente en la reacción de los jóvenes ante los comportamientos negativos, los académicos de la Universidad de Brock, Canadá, consultaron a diferentes dueños para hablar sobre sus experiencias y estrategias que utilizan para reprender a sus “mejores amigos”.
Las actitudes negativas que se tomaron en cuenta para el estudio fueron ladridos ocasionales y persistentes, así como casos de agresividad con otros caninos y personas desconocidas. El estudio “Mi perro ‘perfecto’: comportamiento caninos no deseados y estilos de afrontamiento de los dueños” fue publicado por la revista CABI Human-Animal Interactions este 5 de abril.
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Una relación compleja
Renata Roma, académica que encabezó el estudio, detalló que existen múltiples análisis sobre los beneficios que generan los canes en las personas, sin embargo, hasta el momento no se había analizado la complicada relación que puede haber entre ellos cuando hay conflictos de por medio.
“Se sabe poco sobre el impacto de los comportamientos indeseables de los perros en las experiencias de los jóvenes y las emociones que los acompañan”, detalló. Por este motivo, la académica consideró que se debe de aumentar la comprensión en estos temas.
Los investigadores concluyeron que los jóvenes prefieren estilos de afrontamientos proactivos ante estas situaciones y que la gravedad de los problemas en el comportamiento de los animales estaba asociada con la fuerza de sus emociones en respuesta, es decir, que en cuanto más severo era la actitud negativa, las emociones son más intensas en los tutores.
“Entre adolescentes y estudiantes universitarios, el afrontamiento voluntario se ha relacionado con menos síntomas de depresión y ansiedad, mientras que las respuestas involuntarias se han asociado con mayor ansiedad y depresión”, describieron los autores del artículo.
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Aceptar la actitud del perro
Los científicos detallaron que los participantes del estudio evaluaron sus sentimientos y pensamientos sobre las estrategias que utilizan para controlar al perro, una de ellas comentó que estaba satisfecha con su actitud hacia su mascota y que no cambiaría nada, sin embargo, otros han considerado consultar a un especialista para que el animal pueda ser obediente.
La mayoría de los encuestados percibieron que les faltaba algo para cambiar la actitud del can, los investigadores notaron que las personas que respondieron bajo esta línea han mostrado una incomodidad moderada o grave ante los problemas de comportamiento.
Renata detalló que los jóvenes variaron sus reacciones emocionales y percepciones sobre la actitud de los animales. Ninguno de los encuestados describió cuáles eran los problemas graves que tenían sus perros con otras personas o animales.
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La practicidad como solución
La mayoría de los tutores solucionaron las situaciones de manera práctica al acudir con especialistas en comportamiento animal, utilizar el refuerzo positivo o crear distracciones para que la mascota no ocasione más problemas. Los académicos destacaron que estas estrategias tenían que ver con acciones directas o conscientes.
Para las investigaciones a futuro, los académicos sugieren que se debe abrir la brecha respecto a estos temas para poder desarrollar mejores estrategias de afrontamiento de los jóvenes y controlar el comportamiento de sus perros.
Los autores del estudio consideraron que su trabajo tiene algunas limitaciones y se podría explorar a futuro las posibles diferencias en las reacciones emocionales de los tutores para identificar de manera directa si las reacciones negativas de los canes afecta de manera directa su relación.