Un felino negro dió un gran susto a su dueña tras desaparecer de la casa por más de tres semanas, el gato creyó que era una muy buena idea quedarse oculto dentro de uno de los muebles de la casa, sin embargo, cuando despertó estaba detro de un almacen muy lejos de su ama.
Inky, el gato, tuvo una diferencia de opiniones con su dueña Randi McGlone sobre la nueva silla reclinable que había comprado. A la mujer no le había gustado cómo se veía el sillón en su sala, por lo que decidió devolverlo a la tienda, pero no contaba que su mascota haría una especie de huelga para que se quedara su mueble favorito.
La residente de Kentucky se percató que su mascota no había regresado a casa después de que los trabajadores de la tienda se llevaron el mueble, por lo que comenzó con la búsqueda por todo el vecindario pero Inky no estaba por ningún lado.
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La búsqueda de Inky
McGlone comentó para el medio local de noticias WSAZ 3, que el pasado 1 de marzo (día que se llevaron el mueble) uno de los empleados de Big Sandy Superstore llamó a su casa para informarle que encontraron a su mascota saliendo de la silla y se fue a ocultar dentro del almacén rápidamente.
La situación parecía estar resuelta, solo tendría que dirigirse a la tienda para recoger a su gato, pero Inky aún estaba “enojado” con su dueña y decidió ocultarse durante tres semanas dentro del almacén. Randi comentó al medio local que tuvo que ir en tres ocasiones a la tienda para encontrar a su animal de compañía, “pensaba que no la volvería a ver”.
Los trabajadores de la tienda de muebles se sumaron a la operación captura de Inky y fue hasta el 20 de marzo cuando pudieron atrapar al gato. “Adivinen quién ya está en casa. Con fé, amor y trabajo todo funciona. Contrario a lo que las personas creían”, publicó Randi McGlone en su cuenta de Facebook, junto a una foto del animal.
Tras su ansiada reunión, Randi explicó que se siente mentalmente aliviada de poder reunirse con su mascota de nuevo, puesto que la estaba pasando bastante mal mientras estaban separados. Se despertaba a mitad de las noches por la incertidumbre de no saber cómo estaba su gato.
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El gusto por los espacios cerrados
Es bastante común ver que los felinos se ocultan dentro de lugares cerrados como maletas, bolsas, cajas o sillones, esto se debe a su instinto de cazador, puesto que les gusta explorar todo lo que hay a su alrededor y tener lugares donde “pueda atacar” sigilosamente a sus presas.
Stephen Zawistowski, asesor de la Sociedad Americanos para la Prevención de la Crueldad a los Animales (ASPCA, por sus siglas en inglés), explicó en una entrevista para el medio Slate, que estos lugares les brindan confianza y seguridad, puesto que no pueden ser vistos por los demás.
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La seguridad y la comodidad son dos factores que priorizan los animales al momento de ocultarse en un espacio cerrado, por esta razón, en ocasiones, su cama la va hacer de lado. “A los gatos les gustan las cajas porque son animales crípticos y les gusta esconderse. Una caja les da un espacio seguro para ellos”, detalló el especialista en comportamiento animal.
Los felinos, como buenos mamíferos, pasan la mayor parte de su día durmiendo y es bastante común que no perciban lo que pasa a su alrededor y no les gusta que los molesten en sus casi 20 horas de sueño, concluyó Zawistowski.