Los perros han realizado diferentes tareas a lo largo de la historia, cazan, vigilan, cuidan al rebaño y transportan mercancías, por estas labores se ganaron el mote del “mejor amigo del hombre”, ya que sin la domesticación no hubiera sido posible el asentamiento de las sociedades.
Un grupo de investigadoras del Instituto Max Planck analizó cómo influyó el funcionamiento de los caninos en la sociedad para recibir diferentes tipos de tratos como el cuidado positivo, trato negativo y la personalidad de los animales.
Juliane Bräuer, Theresa Espperlien, Kathryn Kirby y Angela M. Chira, investigadoras del instituto alemán, explicaron que históricamente existe “un vacío” en la comprensión de los comportamientos de los animales en diferentes entornos culturales, puesto que generalmente los enfoques están en las relaciones perros-humanos de sociedades occidentales, educadas, ricas y democráticas.
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El trato hacia los perros
Las académicas partieron de la hipótesis que los perros utilizados para múltiples tareas o funciones donde hay de por medio un alto nivel de cooperación, generan una relación más estrecha con los humanos.
El estudio “La función predice cómo las personas tratan a sus perros en una muestra global” fue publicado por la revista Scientific Reports el 27 de marzo del presente año.
Para sustentar su hipótesis las investigadoras recabaron datos etnográficos de la base de datos transcultural, eHRAF de la Universidad de Yale, y estudiaron las funciones, así como el trato de los perros en 124 sociedades distribuidas globalmente.
En cuanto al trato que recibían los caninos los dividieron en tres tipos: cuidado positivo —crianza desde edades tempranas, atención médica, se les permite estar dentro de las casas—, negativo —abuso físico, no se les da de comer, son sacrificados con regularidad— y personalidad —los animales reciben una identidad por medio de su nombre y son considerados como integrantes de una familia—.
“Encontramos mayores probabilidades de cuidado positivo en sociedades que usan perros de pastoreo y mayores probabilidades de ser un perro tratado como persona en culturas que los utilizan para cazar”, detallaron en su investigación.
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La relación compleja
Entre las 77 sociedades analizadas por el equipo de investigación, éste encontró que en 32 casos hubo tanto atención positiva como un trato negativo hacia los canes, por lo que se demostró que estos dos factores no son excluyentes uno del otro y hay una compleja relación entre perros y humanos.
Las investigadoras explicaron que estas relaciones no son simples, sino que hay un equilibrio muy complejo. “Nuestro estudio agrega una prueba sistemática para explicar los impulsores culturales que dan forma a la variedad de vínculos entre perros y humanos en todo el mundo”, explicó Juliane Bräuer para la revista científica Phys.
La integrante del Departamento de Geoantropología del Instituto Max Planck detalló que esta investigación es el primer paso para comprender si las habilidades cognitivas y sociales de estos animales domésticos son universales o están influenciados por su entorno.
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Por estos motivos, las investigadoras esperan que en futuras investigaciones se pueda encontrar los motivos por el que existe una cooperación entre perros y humanos, puesto que algunas sociedades los utilizan solo para un propósito específico y otras para que realicen múltiples tareas.
La domesticación de los perros
El proceso de domesticación provocó que los caninos fueran dependientes de los humanos, su integración a la sociedad se dio gracias a sus grandes habilidades para la caza y la protección del hogar, sin embargo con el paso del tiempo sus tareas han cambiado.
Jessica Pierce, investigadora de la Universidad de Colorado, detalló en una entrevista para la revista LiveScience que los humanos reprimen en muchas ocasiones los comportamientos de los canes.
“Los perros descienden de los lobos y todavía tienen gran parte del repertorio de comportamiento de los lobos y otros cánidos salvajes”, detalló la etóloga sobre el comportamiento de estos animales.