En los grandes biomas se desarrollan diferentes frutos que son muy llamativos para algunas especies, por lo regular son frutas demasiado maduras y con un néctar demasiado rico en alcohol. Aunque parezca extraño, estas sustancias fermentadas son utilizadas por algunas especies para “olvidar sus penas”.
Mariposas, mosquitos y otros animales pueden terminar en estado de ebriedad de manera consciente o inconsciente. De acuerdo con Katy Prudic, entomóloga de la Universidad de Arizona, las mariposas disfrutan de la cerveza y por ello suelen ser encontradas en latas de bebida, incluso los machos podrían beber esta sustancia para potenciar sus espermatóforos.
En entrevista para la revista National Geographic, la investigadora explicó que estos espermatóforos son paquetes ricos en nutrientes que son entregados a las hembras como si se tratara de un regalo nupcial.
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Mamíferos y alcohol
Don Moore, director del Smithsonian National Zoo en Washington D.C., Estados Unidos, contó en una entrevista por correo electrónico para la misma revista que ha observado en varias ocasiones el efecto de las frutas fermentadas en algunos animales. Algunos especímenes se adormecen e incluso se tropiezan al caminar.
“He visto a ciervos de cola blanca comiendo manzanas fermentadas en frutales”, resaltó Moore sobre algunas escenas que ha logrado contemplar en diferentes cultivos de manzanos.
La relación que sostienen algunos animales con las frutas fermentadas o las bebidas con altas dosis de alcohol ha sido un objeto de estudio en el que diferentes científicos han incursionado a investigar. Los fisiólogos Steve Morris, David Humphreys y Dan Reynolds de la Universidad de Bristol, detallaron en una entrevista para la BBC de Londres que los elefantes podrían emborracharse y aunque no mostraron síntomas de ebriedad sí registraron algunos cambios en su comportamiento.
Estos paquidermos dedicaron menos tiempo a comer, beber, bañarse y explorar su territorio, mientras que algunos mostraron síntomas de enfermedades o comenzaron a sentirse incómodos en su entorno.
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Olvidar las penas
G. Shohat Ophir, investigador de la Universidad de California en San Francisco, en su investigación publicada en la revista Science en 2012 detalló que las moscas de fruta macho que no lograban aparearse preferían la comida con contenido alcohólico, una situación que no se aprecio en aquellos especímenes que sí llegaron a copular.
Los investigadores explicaron que las recompensas naturales y de las drogas están presentes en las relaciones que tienen estos insectos voladores. Los machos no apareados tenían niveles más bajos de neuropéptido F (moléculas formadas por la unión de tres o más aminoácidos), por esta razón acudían a alimentos con altos niveles de etanol para aumentar el sentimiento de satisfacción.
Para llegar a estas conclusiones, el grupo de investigación encabezado por Shohat Ophir le dieron neuropéptido F artificial a las moscas que no se aparearon, tras recibir esta dosis evitaban cualquier fruto fermentado.
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La resistencia al alcohol
Lars B. Petterson y Markus Franzen, investigadores de Lund University, explicaron en una investigación publicada en 2008 por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, que la tupaya de Malasia es uno de los insectos que aguantan grandes cantidades de alcohol en su cuerpo.
Este animal se alimenta del néctar de las flores de la palmera bertram, la cual tiene altos niveles de alcohol y a pesar de tomar una gran cantidad de esta sustancia no muestran síntomas de ebriedad.
El murciélago es otro de los animales voladores que gustan de comer frutas fermentadas, pero nunca han mostrado algún tipo de malestar y puede volar sin ningún tipo de problema.