En los conflictos bélicos han sido miles las personas que han pasado a la historia por sacrificarse para salvar familias, comunidades enteras, batallones e incluso a naciones, sin embargo, también ha habido otros protagonistas menos conocidos que han dado la vida en actos heroicos dignos de recordar. Este es el caso de Gander, un terranova que con creces mostró que el perro es el mejor amigo del hombre.
Pal, como fue nombrado durante sus primeros meses de vida, era mascota de una familia que vivía en el pueblito de Gander en Canadá. Como buen terranova, el can pronto comenzó a crecer y se convirtió en un ejemplar de alrededor de 70 kilogramos de peso.
Este perro con apariencia de oso tendría un destino muy diferente al de ayudar con los trabajos pesados a los pescadores de la isla de Terranova, pues un día Pal lastimó accidentalmente a un niño mientras jugaba y, para evitar que fuera sacrificado, fue regalado a la unidad de los Royal Rifles de Canadá.
La mascota fue rebautizada con el nombre de Gander y el aeropuerto del pueblo, que en ese entonces era la base del regimiento, se convirtió en su nuevo hogar, aunque no lo sería por mucho tiempo, pues la unidad y su mascota pronto fueron enviados al campo de batalla.
Gander en acción
Era octubre de 1941 y la Segunda Guerra Mundial estaba en desarrollo. La unidad de Royal Rifles y los Ganaderos de Winnipeg habían sido enviados juntos por primera vez a la guerra para defender a la colonia británica de Hong Kong de las amenazas japonesas.
Antes del servicio en Hong Kong, los Royal Rifles y el sargento Gander habían servido en Newfoundland y Saint John, mientras que los Granaderos habían hecho lo propio en Jamaica, aunque ambos escuadrones tenían un entrenamiento mínimo esto no era relevante en ese momento, pues se pensaba que los canadienses sólo iban a tener servicio de guarnición, no de combate.
Sin embargo, la tranquilidad en la isla duró poco y en diciembre el desembarco japonés fue acompañado de un intenso bombardeo contra la base naval de Estados Unidos en Hawai (Pearl Harbor), así como al norte de Malasia, Filipinas, Guam, la isla Wake y Hong Kong, donde se encontraban los canadienses.
Según se manifiesta en el Archivo de Veteranos de Canadá, el mando de la fuerza canadiense estaba compuesto por 1.975 soldados comandados por el brigadier J.K Lawson, además de Gander y otro cuerpo de enfermeras.
El 19 de diciembre de 1941 el primer batallón del Royal Rifles quedó aislado y los canadienses apenas podían responder a la ofensiva. En uno de esos ataques, una granada cayó junto al escuadrón y Gander, de manera valiente, tomó el explosivo por el hocico y se alejó rápidamente, explotándole y muriendo al instante, pero salvando a la tropa.
Aunque la batalla culminó con más de 1.050 muertos y heridos, el resto de los sobrevivientes pudo regresar a casa, incluso algunos prisioneros de guerra, aunque este enfrentamiento fue uno de los episodios más sangrientos en la participación de los canadienses en la Segunda Guerra Mundial.
Reconocimiento póstumo
Sólo un par de semanas pasó luego del fatídico día para que Gander se convirtiera en una leyenda, pero no sería hasta el 27 de octubre del año 2000 que el can sería reconocido póstumamente con la Medalla Dickin, la primera en ser entregada en 51 años y luego de que el Museo de Guerra de Canadá, la Asociación de Veteranos de Hong Kong y la Asociación Conmemorativa de Hong Kong abogaron para que le dieran un premio por su valentía.
La Medalla Dickin es un equivalente a la Cruz Victoria que se entrega a los animales por sus acciones en conflictos bélicos y a la fecha sólo 61 animales la han recibido, entre ellos el gato Simon.
En su medalla se lee: “Por salvar las vidas de soldados de infantería canadienses durante la batalla de Lye Mun en la isla de Hong Kong en diciembre de 1941. Dos veces los ataques de Gander detuvieron el avance del enemigo y protegieron a grupos de soldados heridos. En un acto final de valentía, el perro de guerra murió en acción recogiendo una granada. Sin la intervención de Gander, se habrían perdido muchas más vidas en el asalto”.
Tres décadas antes de ser premiado con la medalla Dickin, y ante la insistencia de los militares sobrevivientes, Gander fue incluido en el memorial de los veteranos de Hong Kong ubicado en Ottawa, Canadá, en donde reposan los nombres de los 1.975 hombres y dos mujeres enfermeras que fueron parte del batallón.
Finalmente, el 23 de julio de 2015 fue develada una estatua en honor a Gander en el parque conmemorativo de Terranova.
El día de la inauguración uno de los ex miembros de la Royal Rifles que además fue prisionero de los japoneses por tres años, Philip Doddridge, dijo a la cadena CBC: “Es muy emotivo, incluso hablando de eso, está muy cerca de mi corazón. Fue muy querido por todos nosotros, nos siguió a Hong Kong y murió en acción”.
También hay otra escultura en el Monumento a los Héroes Olvidados del Parque Conmemorativo de Veteranos Cobequid, en Nueva Escocia, iniciado como un proyecto de una escuela primaria que fue diseñado por el estudiante Noah Tremblay cuando tenía 11 años.
La historia de Gander también fue incluida en el libro The Animal’s VC, For Gallantry or Devotion de David Long que habla sobre los animales que han recibido la medalla Dickin.
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