David Cronenberg, el cineasta reconocido por su habilidad para explorar el lado más perturbador de la humanidad, ha dejado su huella en el cine con obras como Zona muerta (The Dead Zone - 1983), La mosca (The Fly - 1986), Una historia violenta (A History of Violence - 2005) y Promesas peligrosas (Eastern Promises - 2007). Su estilo distintivo, marcado por el body horror y el uso de efectos prácticos, lo convirtió en un referente del cine de género. Sin embargo, recientemente reveló que en su carrera rechazó dirigir una de las películas más icónicas de los años 80, decisión de la que asegura no haberse arrepentido.
Aunque pueda parecer curioso, Cronenberg confesó durante el Festival de Cine de Marrakech que, en 1983, le ofrecieron dirigir Flashdance, la icónica película que marcó a toda una generación con su visión del baile y la perseverancia. Aprovechando el evento para reflexionar sobre su carrera, el cineasta expresó un orgullo particular por haber rechazado este proyecto, destacando que fue una decisión tomada con absoluta determinación. Según sus palabras:“Quizás les sorprenda que los productores Don Simpson [Dos policías rebeldes, Top Gun] y Jerry Bruckheimer [Armageddon, Piratas del Caribe, Pearl Harbor] estuvieran totalmente convencidos de que yo era el indicado para dirigir”.
Sin embargo, el realizador admitió que no entendía por qué lo habían considerado para el proyecto. “Realmente no sé por qué pensaron que debía hacerlo, y finalmente tuve que decir que no. Les dije: ‘¡Destruiré su película si la dirijo!’”, comentó. Esta anécdota no solo refleja su autenticidad como creador, sino también su compromiso con mantener una visión fiel a su estilo, alejándose de propuestas que no encajarán con su identidad artística.
Si bien la carrera de David Cronenberg continuó de manera prolífica y coherente con su estilo único, Flashdance tomó un rumbo completamente diferente bajo la dirección de Adrian Lyne (Infidelidad, Aguas profundas, Alucinaciones del pasado). El largometraje se convirtió en un ícono cultural al narrar la historia de Alex Owens, interpretada por Jennifer Beals (Cuatro habitaciones, El libro de los secretos), una joven trabajadora con un gran talento para la danza que lucha por cumplir su sueño de ser admitida en una prestigiosa escuela de ballet. Acompañando a Beals, el reparto incluyó a Michael Nouri (Yellowstone) como Nick Hurley, su jefe y eventual interés romántico. Con una banda sonora memorable, liderada por éxitos como What a Feeling de Irene Cara, la película marcó una generación y se posicionó como uno de los títulos más recordados de los años 80, fusionando drama, música y baile en una narrativa que inspiró millones.