Spirit Mancer tuvo su lanzamiento en la última semana y se trata de una propuesta simple y divertida que destaca por su diseño artístico, combate, sentido del humor y por combinar elementos de distintos géneros. El juego fue el primer título desarrollado por el estudio independiente de Tailandia, Sunny Syrup Studio.
A grandes rasgos, Spirit Mancer es un plataformero centrado en un combate hack and slash con mecánicas de deck builder ya que no solo podemos eliminar a nuestros enemigos sino que también capturarlos para usarlos como cartas en otros momentos de cada nivel. Por más de que este sistema no cuenta con mucha profundidad, es sumamente divertido y caótico de jugar.
La historia nos presenta un mundo donde demonios y humanos están en guerra luego de muchos años de paz entre ellos. Nosotros seguimos a un grupo de cazademonios que, de manera inesperada, terminan yendo al mundo de los demonios por lo que deben buscar la forma de volver a su hogar y, en lo posible, terminar con la guerra.
La narrativa es bastante simple y no logra destacar pero sí lo hacen sus personajes tanto humanos como demonios. El diseño artístico de cada uno de ellos es muy bonito como así también las animaciones. Además, hay algunos diálogos o momentos irónicos que me causaron gracia y los sentí muy bien elaborados.
Spirit Mancer es un juego con mucha personalidad y eso se nota en todos sus apartados. Otro aspecto narrativo que me gustó mucho son las cinemáticas que cuentan con un diseño llamativo muy valorable y momentos de acción y animación que me sorprendieron. Por más de que la historia general no esté a la altura de los personajes y la artística, tampoco es que desentona con el juego.
Yendo a lo más importante, Spirit Mancer se divide en niveles donde tenemos que recorrer mapas de manera lateral superando obstáculos y eliminando enemigos hasta que llegamos al jefe final de cada misión. Este esquema se repite a lo largo de todo el juego y los jefes me parecieron uno de los puntos más altos ya que cada uno se siente diferente y no se limitan a tocar botones repetidamente sino que cada uno tiene su estrategia para derrotarlo.
Como mencioné anteriormente, el combate se centra en un estilo hack and slash por lo que la movilidad y los combos toman un papel principal. Sin embargo, Spirit Mancer propone algo diferente al combinar distintos elementos. Nuestro personaje tiene disponible un arma básica, un arma a larga distancia con municiones y cartas de los demonios capturados para utilizar a su disposición.
Cada tipo de ataque hace un daño diferente marcado con un color. Los enemigos cuentan con sus puntos de vida y también con una barra de escudo. Si eliminamos al enemigo sacándole su vida morirá mientras que si nos enfocamos en romper su escudo, quedará aturdido y podemos convertirlo en carta. Su escudo está representado por los colores de nuestras armas por lo que la idea para capturarlo es combinar nuestros tres tipos de ataque haciendo daño azul, verde o violeta según las defensas de cada enemigo.
A medida que avancemos en la aventura dispondremos de una base central que irá desbloqueando funciones y donde editamos y armamos nuestro mazo de cartas para los comienzos de cada nivel. Algo que me parece importante de remarcar es de que por más de que esté el factor de cartas y de edición de mazo, realmente no afectan tanto en lo jugable o, al menos, no hay una estrategia profunda en cuanto a ese apartado. Se trata más bien de disponer de muchas habilidades y elegir nuestras favoritas.
Otro de los puntos más característicos de Spirit Mancer es que se siente un homenaje a muchos juegos de distintos géneros. Muchas habilidades de cartas, escenarios, conversaciones y hasta diseños de personajes pueden parecerse a alguna otra franquicia. Una de las alusiones que más me divirtió es a Metal Slug ya que hay cerdos atrapados que podemos liberar con algunos golpes y que, como agradecimiento, nos dejan un arma, algo muy característico de la clásica saga.
El juego es divertido y cumple con su cometido. Quizás, el desarrollo de los niveles puede resultar un poco repetitivo a la larga ya que muchos combates con enemigos terminan siendo muy similares. Además, cada nivel cuenta con desafíos que aumentan las recompensas que van desde no morir, no matar o no utilizar determinado tipo de arma. Estos objetivos siento que atentan un poco con la experiencia del juego que apunta a ser más caótica por lo que terminé jugando más como yo quería que como me lo pedía el nivel.
Por fuera de los niveles, Spirit Mancer añade muchos elementos en su base central como la posibilidad de mejorar nuestras armas y estadísticas, de armar una crew de soldados que podemos enviar de aventuras para que obtengan recursos, misiones secundarias y hasta viajar a distintas zonas de pesca que me parecieron muy divertidas.
En definitiva, Spirit Mancer es un juego que no deslumbra en sus elementos pero que los utiliza de buena manera formando un juego muy divertido y que te podrá entretener por muchas horas. El juego también cuenta con modo cooperativo por lo que la experiencia también puede cambiar en ese aspecto.